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Con la corona enroscada
Actualizado: 15:25

GP de Japón

Con la corona enroscada

Lorenzo se resiste a dejar el Mundial en manos de Márquez y vence en Motegi, la casa de Honda

27.10.13 - 15:25 -
Con la corona enroscada
Lorenzo celebra su victoria ante Márquez. / Kimimasa Mayama (Efe)

Honda tuvo que guardar el confeti por segunda semana consecutiva. Si en Australia fueron ellos mismos los principales culpables de retrasar el alirón de Marc Márquez, en Japón, a domicilio, fue el actual campeón quien, abusando de la confianza de los anfitriones, realizó una carrera colosal, perfecta, para subirse a lo más alto del cajón y llegar a Cheste a trece puntos del liderato, permitiéndose soñar con la gloria y otorgándole a España la traca final. Y es que Jorge Lorenzo tiene la corona enroscada, y muerde en cuanto alguien se acerca para intentar arrebatársela en una defensa del título tan gigantesca como lo fue su excelso pilotaje en circuito ajeno. Como un diapasón le entregó a Yamaha la victoria 200 en el lugar donde más duele, Motegi, y de la forma más aplastante, mandando de principio a fin y sin cometer un solo error.

Nada. Su imperturbable serenidad en pista contrasta con el gesto altivo y quisquilloso en las conferencias de prensa, donde Jorge busca las migajas que faltan para que su adversario sea sancionado y le abran la puerta a algo más que un milagro. Lorenzo lo ha tenido todo perdido y ahora fantasea amparado en las pocas opciones que posee, necesitando vencer y que Márquez sea cuarto o peor, algo que pasa casi necesariamente por un abandono o caída del ‘93’. Cualquier otra cábala, que las hay, es una quimera. Porque si legendario es lo que está haciendo Lorenzo en clara inferioridad mecánica, impresionantes son las prestaciones de un novato al que sus condiciones le hacen merecedor de unos galones que provocan que se vea su segundo puesto de Japón como una pequeña decepción. Marc, en su primera temporada, sólo se ha bajado del podio en sus dos ‘ceros’, uno en Italia por caída y otro por la bandera negra de Australia. El resto son éxitos, incluido su relativo conservadurismo de Motegi. La Honda no se mostraba demasiado estable en las frenadas y el de Cervera se llevó un par de sustos importantes, suficientes para dejar marcharse a Lorenzo a por el triunfo, amarrar veinte puntos y llegar con todo a favor a la última cita.

La carrera no se salió del guión en ningún momento. Jorge y la M1 salieron disparados a por el triunfo con el neumático más blando, generando una incertidumbre sobre sus últimas vueltas aplacada por el entendible cálculo de Márquez, que primero se ancló al colín del ‘99’, después le enseñó la rueda y acabó por conformarse con la pedrea. Además, el gran premio sirvió para descartar a Pedrosa. El ‘26’ reflejó en Japón lo que viene siendo todo su campeonato. Presente pero ausente, amenazante en la sombra sin emerger al primer plano y, a la hora de la verdad, diluido en la gloria insuficiente de quien está por detrás de dos gigantes que lo eclipsan todo. Dani ya no aspira a nada tras una temporada decepcionante, con la mejor moto pero con el peor compañero, el que ha provocado un agravio comparativo atroz. El de Barcelona suma más puntos en MotoGP que todos los pilotos de la historia, salvo tres (Rossi, Doohan y Barros), gracias a ocho temporadas vacías de títulos, con Hayden o Stoner alzándose con el campeonato dentro de su ‘box’ y con su nuevo acompañante a punto de conseguirlo al primer intento. Este domingo intentó seguir el rebufo de su compañero tras el endiablado ritmo que imponía Lorenzo, pero cuando la carrera pasó el ecuador y se esperaba una batalla sin concesiones, Pedrosa se descolgó de forma inexplicable y siguió sumando puntos, podios y años sin conseguir el campeonato. Otra decepción fue Rossi, que salió con todo y se colocó segundo, ejerciendo de escudero de su compañero. Tardó una vuelta en cometer un fallo y ceder ante las Honda, y otra más en irse por la tierra y arruinar el domingo. Después hizo el gesto de las orejas de burro autoculpándose y sacó a relucir su sonrisa, con el mismo brillo y carisma que antaño pero incapaz de ocultar su enésimo fracaso. Sin Valentino era el turno de Bautista para lograr la cuarta plaza, y por fin se cerró uno de los últimos hitos que le faltaban por conseguir al motociclismo español: un póker en la categoría reina.

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