"Me llegó a mí esta oportunidad y la cazé al vuelo". No es una simple declaración de intenciones sino el resumen del estilo de vida del campeón italiano de Stock 1000 en su salto a la categoría de MotoGP. Montado sobre una de las impredecibles CRT el joven tratará de demostrar en el mundial de motociclismo que está capacitado como para discutir a los más veteranos un puesto de gloria con las nuevos actores secundarios de la cilindrada reina.
El ternano, joven y descarado en la pista pero prudente fuera de ella, ha ascendido tan rápido a competir contra sus ídolos de la televisión que sus referencias y currículum quedarán en un segundo plano ante su actitud desafíos. Sin presión, el novato quiere mimetizarse con Randy de Puniet para algún día pelear con los mejores. Ni siquiera se plantea competir por el mejor puesto de las CRT, puesto que tratará de domar a su montura, pulir sus errores en las trazadas y adaptarse a una moto que debía haber sido una 'Superbike' pero que se transformó en una MotoGp antes de los que hubiera soñado. Siempre sufrió problemas en sus primeras carreras en cada categoría, pero siempre se levantó, aplicó la calma y enfrentó sus retos con la experiencia de las caídas y el uso del cerebro para aplacar su pasión sobre las dos ruedas. Hasta ahora el plan le ha funcionado a la perfección.
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