En la imagen, personal de limpieza limpia una calle en el centro de Madrid
En la imagen, personal de limpieza limpia una calle en el centro de Madrid - efe

Ropa gruesa y casetas que son hornos: las precarias condiciones de los empleados de la limpieza

Los barrenderos y jardineros de Madrid se quejan de las carencias en material y en instalaciones y amenazan con denunciar esta situación a la inspección de Trabajo

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El Ayuntamiento de Madrid negocia con las contratas encargadas de las labores de limpieza y jardinería varios planes de choque para combatir la suciedad y los sucesos relacionados con un escaso cuidado del arbolado. Las cuatro empresas a las que el consistorio adjudicó esos contratos pusieron en marcha un ERTE —que sustituyó a un ERE contra 1.134 trabajadores— al día siguiente de comenzar a trabajar. En la práctica, se tradujo en una reducción de personal (alrededor de 2.500 personas), provocando la citada suciedad en las calles y jardines y árboles más descuidados.

Además, los empleados han transmitido las carencias en material y en instalaciones. Por ejemplo, se ha pedido por carta que cambien los uniformes «demasiado gruesos y tupidos» de trabajo por otros que transpiren más.

Sin embargo, les han respondido que son los adecuados para la seguridad de los operarios.

Por otra parte, las casetas en las que los operarios se cambian de ropa y se asean tras la jornada de trabajo alcanzan temperaturas que superan los 30º. Además, según denunican, estos lugares carecen de agua potable y en invierno se llenan de humedades. Por todo ello, no descartan notificar estas incidencias a la autoridad competente en materia de prevención de riesgos.

Más disconformidad

También, los empleados de limpieza en otra de las concesionarias denuncian irregularidades al ejercer su trabajo, como salir a hacer labores de desbroce en la mediana de la carretera de Vicálvaro con un remolque sin matrícula. Cuando lo comunicaron a la empresa, ésta les dijo que salieran igualmente a trabajar. Estos trabajadores han lidiado, además, con vehículos a los que no reparan averías en pilotos y luces de señalización.

Tanto trabajadores de limpieza como de jardinería coinciden en que los vehículos que ponen a su disposición son demasiado antiguos, por lo que las averías son más frecuentes. Asimismo, denuncian que las herramientas que se compran no son profesionales y no ofrecen las prestaciones necesarias para hacer su trabajo con una mayor eficiencia.

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