Soñar es gratis

Parece mentira, pero un mito viviente del deporte español como Iván Pérez, doble campeón mundial y tres veces medalla de plata en campeonatos del mundo, aún no sabe lo que es subirse a un podio en unos Juegos. Pudo haberlo hecho, y además en su punto más alto en los Juegos de Atlanta, pero un error burocrático (él antes jugaba con Cuba) le impidió ser de la partida. Ahora, con 41 años y más heridas de guerra que un veterano del Vietnam, el que muchos consideran todavía como el mejor boya del mundo, acude a los Juegos para decir adiós a una de las carreras más longevas y brillantes de la natación española. Este sábado, ante Kazajistán, Pérez y el equipo español inician el largo camino hacia una medalla, que sería la tercera de la historia para España, tras la plata y el oro de 92 y 96.

España se presenta con un conjunto muy experimentado, con jugadores como el propio Pérez, además de Iñaki Aguilar, Xavi García, David Martín, Guillermo Molina, Felipe Perrone, Xavi Vallès o el nacionalizado Sziranyi, que llevan años en la élite y las han visto de todos los colores. Muchos de ellos están ante la última gran oportunidad de su carrera y quieren aprovecharla. España es capaz de lo mejor, pero hacer pronósticos en waterpolo es complicado.

Y es que, como también pasa en el balonmano, el hockey o el fútbol, en los Juegos el sistema de competición es muy traicionero. Un mal cruce te manda a casa a las primeras de cambio. O todo lo contrario. Uno puede hacer una mala primera fase y, sin apenas asomar la patita, meterse en las semifinales. Esta es la razón, además de la igualdad existente, que explica la evolución tan irregular de España en los últimos campeonatos. Lo mismo ha logrado la plata, como en el Mundiales de 2009, como al año siguiente, en los Europeos, no pasó de cuartos. En cualquier caso, en los últimos diez años España ha pisado tres podios en mundiales y europeos y por tanto el objetivo de los hombres de Rafa Aguilar debe ser completar una fase de grupo lo suficientemente solvente como para evitar en los cuartos al coco, que en waterpolo siempre es Hungría. El cuadro magiar atesora el escalofriante historial de nueve oros olímpicos, tres platas y tres bronces. Su dominio a lo largo de los Juegos se reduce a que, por ejemplo, ha ganado los tres últimos. Por eso Hungría es al waterpolo lo que Brasil e Italia juntas al fútbol. Es decir, lo es todo. Si de paso, España esquiva también a Serbia en los cuartos, podemos llegar lejos. Del grupo A de España, los rivales a batir son Italia y Croacia, porque Australia, Grecia y Kazajistán, en principio, están un peldaño por debajo de una selección que acude a sus novenos Juegos consecutivos, en los que siempre ha ganado diploma olímpico

El caso de las chicas es totalmente opuesto. El equipo femenino de España, que arranca el lunes ante China, debuta en unos Juegos y lo hace con un equipo muy joven que lo que debe hacer es ir cogiendo experiencia para futuras ediciones. Aunque el esperanzador preolímpico, en el que derrotaron a potencias como Hungría, Italia y Grecia, les permite soñar. Son jóvenes, ilusión no les falta, y la presión se la han dejado en sus casas.