LONDRES 2012
El jugador español Joan Canellas Reixach pelea por el balón con Alem Toskic. / EFE
Dinamarca será este martes (20.30 horas) el segundo rival de España en la competición masculina de balonmano. Un hueso duro a priori, pero que tras la exhibición de la segunda parte ante Serbia se ve menos correoso de lo que pudiera parecer. Forman lo de la península de Jutlandia un conjunto poderoso en defensa, que es el lugar donde cimientan la base sobre la que edifican sus victorias. Los daneses acostumbran a echar raíces en un solidísimo 6-0, no especialmente profundo, pero en el que las ayudas son permanentes.
Físicamente poderosos tanto en envergadura como en kilos, obligan al pivote rival a un desgaste absoluto para abrir los huecos necesarios. Aginagalde tendrá mucho trabajo por delante para facilitar a la primera línea los espacios necesarios en los que poder atacar la portería. Dinamarca no es equipo con grandes lanzadores, pero sí posee en los laterales y en el centro una rapidez de circulación elevadísima, lo que les ayuda a encontrar casi siempre el hueco por donde penetrar. Y si no aparece, obligan a los exteriores rivales a bascular tanto que sus habilidosos extremos acaban por sacar tajada.
Para contrarrestar las virtudes nórdicas, España deberá volver a hacer el excepcional trabajo defensivo que se marcó en la segunda parte ante Serbia, pero con la salvedad de que ahora se enfrentará a un rival mucho más dinámico.
