El Hotel Almadraba guarda entre sus paredes y rincones la historia de Conil y su tradición marinera. En una gran casa del siglo XVIII justo en el centro del pueblo, rehabilitada recientemente, el visitante se sumerge en blancos patios andaluces colmados de flores y rodeados de arcadas y ventanas de madera.

El hotel, uno de los más encantadores de La Janda, fue inaugurado el 11 de junio de 2003, después de una intensa labor de recuperación del inmueble. La propietaria del establecimiento, Lola Caro, explica que el objetivo de su familia siempre fue «preservar su estructura y sus elementos originales, como las vigas de madera». «Era una casa patio de vecinos muy antigua, y ya se sabe lo que pasa con estas cosas, que cada cual había hecho una habitación donde le había parecido y cada cosa estaba de una forma distinta», comenta la promotora.

Hasta 80 millones de las antiguas pesetas, cerca de medio millón de euros, costó poner en marcha el hotel de tres estrellas y sólo 17 habitaciones, y construir un ambiente de «paz y relajación». Ya van para tres años de negocio turístico, en los que «las cosas han ido muy bien».

Boca a boca

El Hotel Almadraba trabaja con agencias de viajes y mayoristas, aunque sus gestores reconocen que «la mejor publicidad y comercialización posible para un hotel de este tipo es el boca a boca; los clientes se marchan encantados y suelen repetir la experiencia». La ocupación, señalan, es total desde esta época y así se mantendrá hasta octubre.

La dueña del hotel asegura que los turistas nacionales son su principal clientela, aunque reconoce que muchos de sus clientes son alemanes y que cada temporada se nota más la llegada de turistas suizos y de otros países europeos.

El hotel tiene sus estancias distribuidas en torno a dos patios centrales y en dos pisos superiores, en un laberinto de pasillos blancos y acogedores, sencillos y con un aire típicamente andaluz que se confirma en las habitaciones, con techos de madera y colores suaves. Cada una de ellas tiene un nombre distinto relacionado con lugares célebres de Conil o con términos propios del arte de la almadraba, como Jábega, Trasmallo, Garum, Roche o Bateles.

Las estancias cuentan con muchas comodidades (climatizador, caja de seguridad, minibar, conexión gratuita a internet). Destacan sus duchas de bajo caudal, con un dispositivo que permite ahorrar agua. «Es un detalle que los extranjeros aprecian mucho», comenta Lola. MÁS INFORMACIÓN I C/ Señores Curas, 4. Conil de la Frontera. 956446037 / 4519 www.hotelalmadrabaconil.com