La voz Digital
Domingo, 4 de junio de 2006
  Alertas   Envío de titulares    Página de inicio
PORTADA NOTICIAS ECONOMÍA DEPORTES OCIO CLASIFICADOS SERVICIOS CENTRO COMERCIAL PORTALES


ESPAÑA
ESPAÑA
A la caza de El solitario
La Policía cree que el atracador de bancos «más peligroso» en España volverá a actuar pronto «porque necesita dinero»
A la caza de El solitario
Varios agentes de Tráfico que trataron de identificar a 'El solitario' recibieron catorce disparos.
Imprimir noticiaImprimirEnviar noticiaEnviar
EL HISTORIAL
Retrato robot: Varón cuarentón y corpulento, 1,80 de estatura. Barba espesa y pelo abundante con flequillo largo. Nariz prominente y ojos azules. Pinta de ejecutivo: americana o cazadora, camisa y pantalón de talle recto. Aspecto afable. 1998: Fecha desde la que se tiene constancia de sus fechorías en la costa mediterránea.

1998-2002: Comete ocho asaltos en Aragón. El primero en Binéfar, en julio de 1998. En agosto, en Teruel, se apropia de 12.000 euros.

10 de mayo de 2000: Asesina a un agente municipal de Vall d'Uixó.

9 de junio de 2004: Mata a dos guardias civiles que le dieron el alto en un control de carretera en Calahorra.

20 de abril de 2006: Roba 800 euros en una sucursal de Sarria (Lugo) y hiere a un empleado de bala. 'El solitario' acumula ya 24 atracos y tres homicidios.

Publicidad

No pierda detalle de la descripción que a continuación se facilita porque la próxima vez que acuda a una entidad bancaria, quién sabe, mañana mismo, podría tocarle a usted: varón cuarentón y corpulento, 1,80 de estatura. Barba espesa y pelo abundante con flequillo largo. Nariz prominente y ojos azules. Pinta de ejecutivo: americana o cazadora, camisa y pantalón de talle recto. Rostro familiar, aspecto afable, tanto, que pasa desapercibido. Nada fuera de lo habitual.

Pero sepa que todo esto no es más que un disfraz. Y que bajo ese aspecto de aparente normalidad y esa caracterización más propia de un actor de cine o de teatro que de un ladrón de bancos se esconde el atracador «más peligroso» del país, «el más buscado», de quien no se conoce identidad ni se tiene huella dactilar ni rastro genético alguno. La barba y el cabello son postizos. Los ojos claros, lentillas coloreadas. La robustez choca con su rostro delgado; la provoca el chaleco antibalas con que se protege el torso. Parte de la milimétrica estrategia que desarrolla en cada asalto. Robos rápidos y sin fallos. Sin puntos débiles. De profesional.

Es un hombre misterioso y escurridizo. Una adivinanza sin solución, una incógnita sin despejar, un enigma que lleva casi una década sin resolverse en los archivos policiales de la Dirección General de la Guardia Civil, una imagen difusa en las cámaras de videovigilancia de las sucursales bancarias, un «se busca» sobre la pared de hormigón.

Es el autor de 24 atracos a bancos y tres homicidios que se envuelve los dedos de las manos en cinta adhesiva para no dejar huellas, que no duda en apretar el gatillo si los planes salen mal y que abandona el lugar tal y como llegó: solo, con paso sereno y aire despreocupado, sin levantar barullo, en sigilo.

Aunque con los bolsillos llenos. En uno guardará las llaves del todoterreno marca Suzuky que conduce y el arma que siempre utiliza para atemorizar a clientes y empleados bancarios; una pistola grande y plateada, la submetralladora Ingram Maretta, de tamaño similar a una automática. Diseñada para usar proyectiles de grueso calibre, puede dispararse a tiro o a ráfagas a corta distancia, pero de lejos pierde precisión. En el otro bolsillo esconderá el botín que consiga en el atraco.

Hace tiempo que El solitario come de los 550.000 euros de los que se ha apropiado en los atracos cometidos sin que nunca hasta la fecha se le haya pillado con las manos en la caja. «Ése es el apelativo que le han puesto la televisión y los periódicos», explica Félix -se omite el apellido por motivos de seguridad-, responsable de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, con sede en la capital madrileña, encargada de buscar agujas en los pajares de la delincuencia española.

«El solitario reaparece cuando tiene una necesidad imperiosa de dinero fácil, y con los 800 euros que se llevó en Sarria -el último asalto protagonizado por él- no se resuelven muchas papeletas. No tardará en actuar de nuevo», aventura el jefe policial. ¿Dónde? «Ha cometido robos en lugares tan lejanos entre sí -de Valencia a Galicia, Navarra y Aragón- que no se puede determinar». Se presume que en la costa mediterránea, donde ha machacado 17 cajas de ahorros, tiene su escondite.

El atracador llevaba dos años ausente hasta que su cetrina figura volvió a captarla el pasado 20 de abril la cámara de seguridad de una entidad bancaria de Sarria (Lugo). Necesitaba el dinero y, al parecer, urgentemente. Permaneció un minuto y cincuenta segundos en el interior de la oficina. El tiempo justo para aproximarse a tres ventanillas. En la tercera encontró «una cantidad próxima a los 800 euros» en un mostrador bajo.

-«¿Sólo tienes esta puta mierda?', espetó al empleado Jesús L. P., de 50 años.

Frialdad

Al recibir respuesta afirmativa, el hombre de la barba pareció desistir y se dio la vuelta. Ya se iba, cuando se giró para disparar al trabajador, quien no había opuesto resistencia ni se había enfrentado a él. Le apuntó al muslo con frialdad. Un tiro limpio, pero «sin querer herirle de muerte», precisa Félix. Una escena muy similar a la que asistió el guarda de seguridad de un banco de Castejón, en Navarra, el 9 de junio de 2004. Ante la pobre recompensa obtenida, El solitario lo pagó con el agente privado. Antes de cruzar la puerta de salida, le disparó en una de sus piernas.

Quizá la última vez le pesaron las tres víctimas mortales que acumula (dos guardias civiles de Tráfico y un agente municipal) y las otras cuatro personas que ha dejado heridas (dos policías locales, un guarda privado y un empleado bancario) en atracos anteriores, desde que se tiene constatada su actividad delictiva, en 1998.

En los homicidios que se le imputan actuó con mucha más crueldad. Tras el atraco de Castejón, la casualidad hizo que una patrulla del destacamento de Tráfico de Calahorra le diera el alto en un control rutinario. Cuando El solitario tuvo a los agentes a tiro, y con el vehículo todavía en marcha, asomó el subfusil por la ventanilla y descargó 23 balas desde el coche, un Suzuky «verde azulado», corroboraron varios testigos. Catorce balas impactaron en los cuerpos de los funcionarios.

Los investigadores recogieron veinte casquillos del calibre 45 milímetros y de la marca Geko.

Según el informe balístico, era la misma munición que, cuatro años atrás, acabó con el cabo de la Policía Local de Vall d'Uixó (Castellón), quien trató de hacer frente al asaltante más buscado. En aquella ocasión, el todoterreno que le alejó de la cárcel era blanco. «Es un dato significativo para reconocerle si alguien conoce a una persona que, o bien sea aficionada a la marca Suzuki, o bien le gusten los todoterrenos y le ha visto tenerlos de dos colores». Se estudia si eran vehículos distintos o era el mismo pintado de dos tonos. Otra posibilidad que se analiza es que el atracador tenga o haya tenido alguna relación «con círculos militares, porque la cartuchería que usa no es fácil de conseguir».



Sudoku Canal Meteo Horóscopo
Vocento