«A llenar La Juventud»

El Jerez industrial logró un gran resultado en la piscina en la que se convirtió el Municipal de La Planilla. Un partido muy igualado ante un Calahorra que peló y en el que los dos equipos se tuvieron que ver con un protagonista inesperado como fue la impresionante tromba de agua que poco a poco fue haciendo mella en el terreno de juego hasta acabar encharcándolo.

El Jerez jugó con cabeza desde el primer minuto con una línea defensiva muy fuerte anulando cualquier intento de ataque de los de Agustín Abadía y buscando con pases largos el cruzar la medular para buscar la portería defendida por Moisés. Durante los primeros minutos sólo dos disparos lejanos de Rafa Caro y David Narváez pusieron a prueba al cancerbero local, pero no fueron capaces de sacar más petróleo a la velocidad del cuadro industrialista. A pesar de todo, en los primeros cuarenta y cinco minutos se pudo ver al Jerez Industrial mejor plantado sobre el terreno de juego y realizando un buen fútbol. El CD Calahorra tampoco escondió sus armas, y en la primera escena, los riojanos pudieron demostrar que saben tratar el balón con tacto.

A pesar de todo, sólo hubo un susto en el minuto 25 tras un fallo defensivo que aprovechó Carmelo Sota para disparar dentro del área pequeña, pero su disparo salió rozando el poste. Eran unos minutos muy igualados con oportunidades en las dos porterías pero sin cuajar. Se consumían los primeros cuarenta y cinco minutos, y la eliminatoria seguía igualada. Fue entonces, cuando a falta de 10 minutos para ir a los vestuarios, un balón suelto chocó en la espalda de un defensor rojillo y David Narváez controlaba para plantarse delante de Moisés solo. El delantero del Jerez Industrial no perdonó y logró romper el empate inicial.

Desconcierto local

Ese tanto hizo mella en los jugadores calagurritanos pero no fueron capaces de aprovecharlo para matar el partido. Moisés, en el 38 y después en el 43, evitó el segundo tanto a disparo de David Narváez y en la segunda ocasión sacando de la escuadra el cabezazo de Chema. Los de Carlos Fontana se animaban tras el gol en los últimos compases de la primera parte, pero no terminaban de hacer el trabajo. El dominio era total y el desconcierto de los riojanos era patente, ante un público que trataba de animar a los suyos, pero que no servía de reacción. Por su parte, la treintena de espectadores industrialistas disfrutaban con el juego de los suyos, aunque con sufrimiento al ver como los futbolistas no sentenciaban el partido.

Con más empuje

En la segunda mitad los rojillos fueron a igualar la eliminatoria y se encontraron con un Jerez encerrado en su área con la cabeza puesta en defender el resultado. En el minuto tres Félix rompió por la banda derecha y tras irse de tres jugadores dejó el balón a Ignacio que de centro chut casi sorprendió a Bello que salvó en la misma línea.

Los rojillos chocaban una y otra vez con el equipo de Carlos Fontana que tenía en David Narváez su referente en ataque intentando aprovechar que los riojanos sólo pensaban en atacar y dejaban su zaga con dos defensores. A pesar de ello poco a poco fue creciendo el equipo industrialista sintiéndose todavía más cómodo que su rival sobre el césped y Chema puso el control e intento de jugar.

En el 65 Manu asistió a Rafa Caro que rompió entre línea y delante de Moisés definió de vaselina saliendo el balón por poco. La pareja entre el sevillano y el jerezano funcionaba y por momentos, David hizo olvidar al punta Carrasco, que no pudo viajar ya que tenía que cumplir un partido por acumulación de cartulinas amarillas.

El Calahorra no encontraba la manera de llegar hasta la portería de Bello y Abadía, introdujo a Rubén Ruiz para apuntalar la defensa y frenar a los atacantes visitantes y a Raúl, buscando alguna llegada rápida que sorprendiera a la defensa visitante. Fueron minutos en los que el Jerez Industrial se encerró en su propia área pero de los que no supieron sacar provecho los jugadores locales que intentaron buscar con pases largos las inmediaciones del área y muchas veces con más corazón que cabeza.

En el último tramo del partido, a pesar del agua saltaron chispas y dejaron entrever la fuerza del juego que se vio sobre la planilla. En el 82 una triangulación entre Martín, Raúl e Ignacio dejaba a Raúl dentro del área pero el agua le privó de disparar a puerta vacía. Poco después un disparo con rosca de Iñaki casi fue introducido por Julio en un intento por despejar. Los rojillos acariciaban el empate con las manos y los jerezanos intentaban amarrar el resultado.

Al final los rojillos no pudieron lograr la igualada y el cuadro de la copa y la venencia saca una victoria por la mínima que le pone con un pie en la siguiente eliminatoria pero que tendrá que defender en su terreno de juego frente a un Calahorra consciente de que es posible dar la vuelta a la eliminatoria.

Al final, triunfo que sirve para recuperar al equipo del palo del último partido de Liga y para suavizar una semana, donde los industrialistas trabajarán para tratar de cerrar una campaña cuyo objetivo se va cumpliendo.

Con el paso al frente dado en la tarde de ayer por el Jerez Industrial, ahora el objetivo es certificar el resultado el próximo domingo en La Juventud para pasar a la siguiente eliminatoria. Por ello, el presidente industrialista, Ricardo García, que ayer estuvo presente en La Planilla comenzará desde hoy una campaña para que los aficionados asistan a ver el encuentro de vuelta: «Es un partido muy importante, el equipo se juega mucho y tenemos que intentar animar todo lo posible al equipo».

Respecto al partido jugado por su equipo en Calahorra, para el empresario sevillano «El equipo ha estado muy bien, jugando muy serio y un buen fútbol. En la primera parte se ha podido jugar, pero en la segunda, la fuerte granizada y la lluvia ha impedido que se pudiese jugar».

En cuanto a los temas extradeportivos de la entidad blanquiazul, Ricardo García prefiere centrarse ahora en la liguilla y manda un mensaje de tranquilidad a los jugadores, que antes de viajar a La Rioja enviaron un comunicado expresando el malestar por los impagos.