ESPAÑA

El PSOE rebaja las medidas anticrisis de Zapatero y logra su aprobación

Los socialistas sacan adelante las quince resoluciones planteadas en el Debate del estado de la Nación

| COLPISA . MADRID Actualizado: Guardar
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El Gobierno y los miembros del Grupo Socialista acabaron ayer eufóricos tras la última sesión del debate sobre el estado de la nación. El Ejecutivo logró el respaldo de la Cámara a las quince resoluciones que recogían las propuestas lanzadas durante el debate por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aunque en algunos casos descafeinadas para atraer el apoyo necesario. Los socialistas estuvieron en el lado ganador en 86 de las 90 votaciones planteadas por todos los grupos, de las que salieron aprobadas 45 resoluciones.

Rodríguez Zapatero abandonó el hemiciclo poco después de las 19 horas, sonriente y despedido con un largo aplauso por los diputados socialistas puestos en pie. Terminadas las votaciones, en los pasillos del Congreso no se ahorró el comentario: «Tenemos la mayoría, hoy se ha visto».

El Ejecutivo y el PSOE han vivido con tanta angustia la posibilidad de que el resultado final del debate celebrado la semana pasada fuese una derrota parlamentaria que, concluidas las votaciones, el portavoz socialista José Antonio Alonso se precipitó desde su escaño a la sala de prensa para concluir de inmediato que el Congreso «ha dado su aval al Gobierno». Recordó que los socialistas obtuvieron la mayoría en todas las resoluciones que defendieron y destacó que el PP, sin embargo, fue derrotado en cada una de las mociones que puso a votación.

«Mariano Rajoy y el PP perdieron el debate y hoy [por ayer] han perdido las votaciones», presumió Alonso, que calificó la sesión como «el mayor revolcón sufrido por el PP en muchos años». Con ironía, aseguró que «la soledad parlamentaria es un problema del PP y no del PSOE».

En lo que no hizo hincapié Alonso es que las quince resoluciones del PSOE aprobadas recogían en esencia las propuestas lanzadas en el debate por el presidente del Gobierno, pero quedaron desdibujadas en lo que a fechas, plazos y fórmulas concretas para su aplicación se refiere, precio pagado para facilitar un más fácil apoyo por otros grupos parlamentarios. Se aprobó, por ejemplo, el fin de la desgravación fiscal por la hipoteca de la vivienda habitual, pero la resolución omite cuando entrará en vigor, ni acota quienes serán los beneficiarios.

También fue aprobada la propuesta de otorgar ayudas directas a la compra de coches y motos, pero sin precisar la cuantía ni condiciones de acceso a la subvención. Caos informativo aparte, se supone que estas ayudas están en vigor desde el pasado lunes.

Inconcreciones del mismo tipo se produjeron a la hora de acordar la rebaja fiscal a pequeñas y medianas empresas y a los autónomos, de apostar por la universalización del uso de ordenadores personales entre la población escolar el próximo curso, de apoyar los recortes presupuestarios para reducir el gasto público o de crear un fondo de 20.000 millones para apoyar la nueva economía.

Respaldo diverso

Las quince resoluciones defendidas por el PSOE salieron adelante con el apoyo constante de Bloque Nacionalista Gallego (BNG), Unión del Pueblo Navarro (UPN), Coalición Canaria (CC) e Izquierda Unida (IU-ICV). Diez de ellas también contaron con el apoyo del PNV, que ayer pareció poner fin a la estrategia parlamentaria inaugurada en marzo de votar por sistema contra el Gobierno. CiU también apoyó alguno de los puntos.

ERC e IU advirtieron no obstante al Ejecutivo de que no debe sucumbir al alborozo de la jornada e indicaron que si no da un giro a la izquierda en su política económica y cumple los compromisos de financiación y transferencias que le exige el Gobierno de Cataluña comprobará «en breve» de nuevo qué es la soledad parlamentaria que tanto teme.

Los independentistas catalanes, que ayer no apoyaron las resoluciones socialistas, explicaron al Ejecutivo que debe entender su actitud como «un toque de atención», un aviso de lo que puede ocurrir el próximo otoño con el debate de los Presupuestos del Estado para de 2010 si antes no llena la conocida como carpeta catalana.

El único sabor amargo del día para los socialistas fueron las cuatro votaciones perdidas frente a la oposición, tres de ellas encabezadas por el PNV, que fue el segundo vencedor parlamentario de la jornada. No sólo lideró las únicas derrotas del Gobierno, sino que fue el grupo parlamentario, a excepción del socialista, que más resoluciones sacó adelante. En concreto, siete de quince.

El encontronazo del día lo protagonizaron el PSOE y CiU. Los socialistas, presionados por IU y los sindicatos, rompieron el acuerdo que habían firmado con la federación catalana para patrocinar una resolución que animaba a centrales y empresarios a incluir en el diálogo social la reforma del mercado laboral y terminar con la dualidad de contratados fijos y temporales.

El PSOE se justificó en que no quiere poner en peligro el diálogo social que se iniciará en breve y CiU replicó que «Zapatero es prisionero de los sindicatos».

Todos los grupos parlamentarios, con la excepción de Esquerra Republicana, Iniciativa per Catalunya, Izquierda Unida y Bloque Nacionalista Galego, apoyaron acotar el alcance del principio de jurisdicción universal penal.

El PP presentó una propuesta de resolución que fue enmendada por el PSOE para «limitar y clarificar» el ámbito de intervención de la justicia española en delitos perpetrados en otros países.

El texto establece que para que intervengan los tribunales españoles es necesario que «los presuntos responsables» se encuentren en España o que las víctimas sean de nacionalidad española. Un tercer supuesto impone la condición de que el país donde se cometieron los hechos no haya iniciado una investigación penal.