El senador del «apocalipsis zombi» se burla ahora de los venezolanos

Compromís responde a una moción del PP para liberar a los presos políticos del chavismo con una lista de 366 enmiendas que incluye desde la legalización de la homosexualidad en Burundi a la derogación de la pena de muerte en Botsuana

Madrid Actualizado: Guardar
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El senador de Compromís Carles Mulet, encaudrado en el Grupo Mixto, se hizo recientemente con un hueco en los medios gracias a su disparatada pregunta al Gobierno sobre las medidas que adoptaría ante la posibilidad de un «apocalipsis zombi». Ahora, junto con su compañero de partido Jordi Navarrete, busca de nuevo dar la nota, esta vez a costa de los venezolanos que sufren la grave crisis política, económica y social a la que ha llevado al país el régimen chavista.

Los dos parlamentarios han presentado una variopinta batería de nada menos que 366 enmiendas de adición a una moción presentada por el Grupo Popular que se debatirá y votará hoy en el Pleno de la Cámara Alta y que exige al Gobierno de Nicolás Maduro la «inmediata liberación de los presos políticos» y la «anulación de las inhabilitaciones» que pesan sobre dirigentes políticos.

La propuesta del PP, de tres puntos y dos folios y medio, advierte de que «la progresiva deriva totalitaria del Gobierno» ha ido cercenando principios esenciales de la democracia «hasta llevar a los venezolanos a la insoportable situación que hoy viven».

Desde la homosexualidad a la pena de muerte

En sus enmiendas, los senadores de Compromís piden añadir a las medidas sobre Venezuela otras como exigir a Marruecos que «cese la ocupación del Sahara Occidental» y a Israel que «finalice la ocupación del territorio palestino y la masacre de su población».

Mulet y Navarrete presentan 77 enmiendas de idéntica redacción en la que piden «legalizar la homosexualidad» y «garantizar los derechos de todas las personas sea cual sea su opción sexual» en otros tantos países, que van desde Argelia hasta Yemen, pasando por Angola o Antigua y Barbuda. Otras 58, también confeccionadas con la técnica del corta y pega, piden a ese número de estados «derogar la pena de muerte».

El bloque más numeroso es de las 193 enmiendas a la moción que exigen a tal cantidad de gobiernos «hacer los esfuerzos necesarios para dejar de aparecer en los listados de los países que continúan vulnerando los derechos humanos en la actualidad». Ahí aparecen Alemania, Yibuti, Estados Unidos, Japón y hasta la propia España, con lo que el Ejecutivo de Mariano Rajoy se estaría haciendo a sí mismo la exigencia.

Un último grupo pide a 34 gobiernos que calificad de «dictatoriales» que inicien «un proceso urgente de democratización de su sistema político». Aquí se incluyen desde China a Cuba, pasando por Corea del Norte o Irán.

El senador popular que ha redactado la moción sobre Venezuela, Dionisio García Carnero, asegura que la presentación de estas enmiendas por Compromís es «una manera de llamar la atención» y de «buscar un espectáculo que no ayuda para nada a la causa», poniendo en cambio a la institución «en un nivel impropio».

Esta actitud, asegura García Carnero, supone «una falta de respeto a los ciudadanos que representa y a los venezolanos», que, recuerda, viven una situación trágica». «Este senador no sabe distinguir entre la calle y las instituciones», lamenta.

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