Sarkozy, de víctima de un «complot» a ser detenido por sus presuntos vínculos corruptos con Gadafi
Ganador de las elecciones al Elíseo en 2007, ahora se cuestiona la forma con la que consiguió el dinero para la campaña
Nicolas Sarkozy ha sido víctima de Nicolas Sarkozy. Su desbordante energía y activismo permanente terminó cansando a los electores de centro y derecha, decepcionados en las últimas primarias a las elecciones francesas . Ahora lo estarán más, después de que se haya conocido su detención por presunta financiación ilegal en su campaña de 2007.
Sarkozy fue elegido presidente de la República, el mes de mayo de 2007, prometiendo la «ruptura» con el inmovilismo de las izquierdas y el inmovilismo de las derechas. Prometía «romper» con la herencia de unos presidentes (Mitterrand, socialista, y Chirac, conservador) que habían iniciado el «declive» de Francia. Su programa se resumía en dos palabras: « Una Francia fuerte ».
Cinco años después, los electores de centro y derecha comprobaron que Sarkozy había subido los impuestos, había agravado los déficits y la deuda del Estado, incrementando el paro. Durante la campaña de 2012, Sarkozy volvió a prometer la «auténtica ruptura» . Los electores debían elegir entre la decadencia tranquila de François Hollande y la decadencia gesticulante de Sarkozy. Y votaron a Hollande.
Cinco años después, los impuestos crecieron, el déficit y la deuda del Estado no dejaron de crecer, y Francia se convirtió en el farolillo rojo del crecimiento europeo. Pero volvieron a no confiar en Sarkozy para ponerse al frente.
Desde su derrota en las primarias se ha mantenido en un segundo plano y salta a la palestra por un asunto por el que nunca habría querido salir. La detención del expresidente se debe a la sospecha policial que existe desde hace años de que el antiguo dirigente libio Muamar el Gadafi (o alguno de sus hombres de confianza) participaron generosamente en la financiación de la campaña electoral que llevó al Elíseo a Sarkozy en 2007.
Desde hace años se vienen escuchando voces de presuntos actores de aquellos movimientos, con declaraciones más o menos escandalosas para acusar al expresidente galo. Él siempre ha desmentido sus relaciones con Libia y se ha considerado siempre víctima de un «complot» .
La Justicia parece que no opina como él y ha optado por imponer a Sarkozy por primera vez un tratamiento de presunto delincuente, personándose en su domicilio y llevándolo a comisaría. La víctima ha pasado a ser sospechoso y las pruebas determinarán qué pasa a partir de ahora.
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