Los rebeldes cercan los barrios de Alepo controlados por Al Assad

Los insurgentes, liderados por Al Qaida, pasan de estar sitiados a ser sitiadores. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos sube a 290.000 los muertos en Siria desde 2011, 10.000 más que hace un par de meses

EL CAIRO Actualizado: Guardar
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«La artillería es la diosa de la guerra», rezaba una pintada sobre una de las puertas de la base de artillería en Ramousa, al sur de Alepo. Esta academia fue clave para el control que el presidente sirio Bashar al Assad ejerció sobre la segunda ciudad siria. Tras la toma de Ramousa por los rebeldes, la pintada fue tachada y sustituida por otra: «No hay más Dios que Alá», mientras la coalición insurgente (yihadistas incluidos) se hacía con el armamento pesado y las fuerzas de Al Assad tuvieron que replegarse a sus barrios en el noroeste de Alepo.

«El ejército sirio y sus aliados han sufrido una grave derrota», afirmó el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.

Tras la pérdida de Ramousa, al sur de Alepo, los barrios bajo control de Al Assad al noroeste de la ciudad se han quedado prácticamente aislados. Ahora es su turno para ser «sitiados», añadió Abdel Rahman: «No hay una ruta segura para los civiles en las zonas bajo control del Gobierno para entrar o salir de la ciudad».

La televisión gubernamental siria admitió ayer la gravedad de la ofensiva rebelde, pero anunció la creación de una ruta alternativa para el abastecimiento de los distritos del Gobierno: «Nuestras fuerzas se están redistribuyendo tras absorber el impacto del ataque de miles de mercenarios y terroristas (los insurgentes), y el Ejército ha encontrado una ruta alternativa para la entrega de alimentos y combustible». Sin embargo, el pánico está ya cundiendo, según admite la propia agencia gubernamental SANA, que exhorta a los civiles a no abandonar sus casas. Residentes en los barrios gubernamentales declararon a Afp que muchos están haciendo acopio en el mercado, donde los precios se han multiplicado.

Bombardeos

Con la toma de Ramousa, los rebeldes lograron levantar el asedio que Al Assad había impuesto sobre los barrios opositores –250.000 personas– desde el 17 de julio. La ofensiva insurgente, liderada por el Frente por la Conquista del Levante (antiguo Frente Al Nusra, afiliado a Al Qaida), abrió así las rutas de acceso al noreste, por donde ya están entrando convoyes de frutas y verduras. Además, han cortado la principal ruta de abastecimiento militar de las fuerzas de Al Assad en los barrios noroccidentales, que quedan prácticamente rodeados, aislados entre zonas de control rebelde.

SANA, la agencia oficial siria, negó ayer que los rebeldes hayan roto el cerco. La aviación de Al Assad continúa los bombardeos sobre las academias militares y los barrios del sur y sus tropas aún mantendrían control en algunas zonas de Ramousa. Los rebeldes se apoderaron de la planta de gas, mientras que la cementera quedó en manos del Ejército sirio. En la última ofensiva sobre Alepo, el Ejército sirio habría acabado con más de 2.000 combatientes rebeldes, según señalaron milicias locales leales a Assad a la agencia de noticias rusa Ria Novosti.

10.000 muertos en dos meses

Las fuerzas de Assad y las rebeldes se han reforzado notablemente en las últimas horas para preparar la «gran batalla» que decidirá el control total de Alepo, ha asegurado a Efe el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahmán. Esta organización ha subido este lunes el balance total de muertos de la guerra de Siria desde 2011 hasta los 290.000, es decir 10.000 más que hace un par de meses.

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