Fieles musulmanes caminan en círculo en torno a la Kaaba en La Meca, durante una peregrinación
Fieles musulmanes caminan en círculo en torno a la Kaaba en La Meca, durante una peregrinación - REUTERS

¿Por qué no pueden cumplir los iraníes con el quinto precepto del islam?

Riad y Teherán rompen la negociación dirigida a permitir a centenares de miles de persas acudir a la peregrinación en La Meca

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Centenares de miles de musulmanes iraníes se quedarán este año sin poder cumplir con el precepto religioso de la peregrinación a La Meca, tras la ruptura de las negociaciones entre Riad y Teherán. Las autoridades iraníes anunciaron la mala noticia después de subrayar que las condiciones impuestas a los peregrinos persas por el régimen saudí “son inaceptables”.

Debido a la ruptura de relaciones diplomáticas en enero, a raíz de los incidentes en la embajada saudí en Teherán, Riad exige a los peregrinos persas normas en la práctica inviables para viajar a los lugares más santos del islam. En concreto, los iraníes que quieran cumplir con “el quinto pilar del islam” deberán solicitar su visado en un país tercero, y además viajar a La Meca desde el extranjero ya que las compañías aéreas persas tienen prohibido volar a Arabia Saudí.

La medida, inédita y extremadamente grave, añade un agravio religioso más a la histórica enemistad entre suníes y chiíes, las dos corrientes principales del islam. El Irán chií y Arabia Saudí, regida por la rama más radical del sunismo, han roto en varias ocasiones sus relaciones diplomáticas desde la instauración en 1979 del fundamentalismo en Teherán. Pero la peregrinación a La Meca, sagrada para todo el mundo musulmán, nunca se vio afectada. A lo largo del año pasado viajaron a Arabia Saudí medio millón de iraníes para lo que se denomina el “pequeño peregrinaje”; y unos 60.000 acudieron al “haj”, la gran peregrinación anual. El “quinto precepto” del islam establece la obligación de viajar a La Meca a todos los musulmanes al menos una vez en la vida, a menos que lo impida un grave obstáculo económico o de salud.

El viaje de decenas de miles de iraníes al “haj”, que este año cae en septiembre, es una fuente permanente de conflicto diplomático entre Riad y Teherán. El año pasado, 450 de los 2.300 peregrinos que murieron durante una avalancha eran iraníes. En 1987, otra estampida similar produjo más de 400 muertos, en su mayoría de nuevo persas. La presencia en el microcosmos de La Meca de la minoría chií es un problema, pero mucho más lo será negarles la entrada y con ello el cumplimiento de uno de los cinco preceptos del islam, imprescindible -tanto para suníes como para chiíes- para alcanzar el paraíso.

Ver los comentarios