Macron ayer, con su mujer y la alcaldesa de París, en el centro de la imagen
Macron ayer, con su mujer y la alcaldesa de París, en el centro de la imagen - EFE

Macron baraja nombrar a una mujer como primera ministra

Su nombre podría conocerse hoy, y mañana el resto del equipo de gobierno

PARÍS Actualizado: Guardar
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Emmanuel Macron ha trazado en varias ocasiones el retrato robot de su primer o primera jefa de gobierno: No haber pertenecido a gobiernos precedentes, tener experiencia parlamentaria, ser un rostro nuevo, no venir forzosamente de la sociedad civil. Ser mujer le permitiría marcar puntos.A partir de esos rasgos básicos, los mejores exégetas del macronismo realizan pronósticos relativamente concordantes.

Christine Lagarde, presidenta del FMI, quedó pronto descartada. No cumple todos los requisitos. François Bayrou, exministro de Jacques Chirac, primer aliado de Macron, con su partido de centro, tiene algunas cartas. Pero es un rostro muy viejo: ya fue delfín de Giscard d’Estaing. Gérard Collomb, alcalde socialista de Lyon, y Jean-Yves Le Drian, exministro de la defensa de Hollande, tienen muchas calidades y papeletas para trabajar en el primer círculo gubernamental de Macron, pero son zorros muy viejos, con un perfil de mastodontes, simpáticos pero vagamente arcaicos.

Anne-Marie Idrac, exministra de Chirac y Sarkozy, gran empresaria (red nacional de ferrocarriles) lo tiene casi todo: la figura maternal, la experiencia parlamentaria. Quizá le falte algún «perfume» renovador. Richard Ferrand, exdiputado socialista rosa muy pálido, ha sido el hombre orquesta de la victoriosa campaña de Macron. Lo tiene casi todo. Quizá le sobren algunos años para encarnar la renovación juvenil. Puede aspirar a muchas otras cosas.

Édouard Philippe, alcalde de Le Havre, diputado conservador, exportavoz oficial de Alain Juppé, durante la campaña de las primarias conservadoras es uno de los candidatos favoritos. Quizá le haya perjudicado estar de manera tan visible entre los posibles candidatos al puesto de primer ministro. Eligiéndolo a él, Macron robaría un peón muy llamativo a la derecha.

Sylvie Goulard ha sido la arquitecta del proyecto diplomático europeo de Macron. Es amiga personal de dos ministros españoles: Alfonso Dastis (Asuntos Exteriores), con el que coincidió en Nueva York; e Íñigo Méndez de Vigo, con el que coincidió en Bruselas, cuando el actual ministro de Cultura trabajaba con Giscard d’Estaing en el proyecto del difunto Tratado constitucional europeo. Sylvie Goulard acompañó a Macron durante el primer viaje del actual presidente a Berlin, donde Goulard ofició de traductora con Angela Merkel. Europeísta tendencia federalista, Goulard es una europarlamentaria famosa entre los «happy few» de la más alta élite gubernamental.

El presidente debería nombrar a su primer o primera ministra hoy, antes de viajar a Berlin, para entrevistarse con Angela Merkel en la cancillería alemana. El nuevo gobierno podría conocerse a lo largo del martes. Emmanuel Macron ha repetido en muchas ocasiones que se proponía gobernar «con lo mejor de la derecha, lo mejor del centro y lo mejor de la izquierda, como el general De Gaulle». Si la excelencia del equipo está por demostrar, parece confirmarse que el nuevo presidente de Francia desea formar un primer gobierno donde pudieran estar presentes sensibilidades de derecha moderada, derecha reformista, centro, centro derecha, centro izquierda e izquierda reformista. ¿Podrá funcionar una «paella» tan variopinta? Veremos.

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