El líder de la Liga Norte reclama el Gobierno para el centroderecha

Matteo Salvini muestra su hostilidad hacia el euro: «La moneda única está destinada a terminar, no porque lo quiera yo, sino porque lo dicen los hechos, el sentido común, la economía real»

Mateo Salvini, candidato de la Liga Norte (LN) a las elecciones de Italia, da una rueda de prensa en la sede del partido en Milán EFE
Ángel Gómez Fuentes

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Matteo Salvini, 44 años, secretario de la Liga Norte, se ha presentado en su primera rueda de prensa como nuevo líder del centroderecha, coalición que ha obtenido el 37 % en la Cámara de diputados y el 37,48 % en el Senado. Salvini ha intentado ofrecer una imagen de calma y de serenidad. Exultante, sobre todo por el «sorpasso» a su aliado Forza Italia de Silvio Berlusconi, Salvini ha comentado así los resultados: «El gobierno toca ahora al centroderecha. La Liga ha ganado al interno de la coalición y permanecerá a la guía del centroderecha».

El líder de la Liga había aceptado en principio la candidatura a primer ministro de Antonio Tajani, actual presidente del parlamento europeo, si el centroderecha ganaba las elecciones y Forza Italia obtenía más votos que la Liga. En caso contrario, Salvini anunció que reclamaría para sí la candidatura de primer ministro. Sobre este tema, el líder de la Liga ha sido rotundo: «No he hablado aún con Berlusconi, pero los acuerdos entre amigos son claros y se mantienen. En el interno del centroderecha todos están contentos, porque hay una coalición que ha ganado y que puede gobernar. No comento la debacle de otros. La arrogancia de Matteo Renzi ha sido castigada».

Euroescepticismo

Matteo Salvini ha pretendido dar también tranquilidad al mundo financiero, subrayando que la Liga Norte hará repartir a las empresas y que los mercados nada tienen que temer. Pero, al mismo tiempo, ha mostrado sin rodeos su claro euroescepticismo, en particular sobre la moneda única: “Trabajaremos para modificar y quitar algunos parámetros europeos. Pero sigo convencido de que el euro está destinado a terminar, no porque lo quiera yo, sino porque lo dicen los hechos, el sentido común, la economía real. Y queremos llegar preparados a ese momento”.

Frente a quienes lo tachan de extremista y populista, Matteo Salvini has respondido: “Soy y me mantengo populista, porque quien escucha al pueblo hace su trabajo. La gente está harta de los radical chic que disgustan al trabajador”.

Con los datos que ha obtenido el centroderecha se aproxima pero no alcanza el 40 % necesario para poder gobernar. De todas formas, teniendo en cuenta la frecuencia y facilidad con la que se cambian de chaqueta los parlamentarios italianos, cabe suponer que no le costaría mucho esfuerzo al centroderecha lograr que diputados de otros partidos perdedores se suban ahora al carro del vencedor. En la pasada legislatura, hubo un total de 534 cambios de chaqueta, entre diputados y senadores, en un parlamento compuesto por un millar de escaños. A Silvio Berlusconi no le ha costado especial trabajo en anteriores legislaturas el cambio de algunos parlamentarios a su grupo. Podría hacerlo de nuevo. Aunque está por ver cómo digiere el ex Cavaliere su derrota y el “sorpasso” de Matteo Salvini. Ambos se detestan, pero el poder los puede mantener unidos.

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