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El cooperante (Juan Carlos) tras su liberación - AFP

Liberado el cooperante de la Cruz Roja secuestrado en Afganistán

Fue raptado en la aldea de Hussain-Khil, en el distrito de Ali-Abad

MADRID Actualizado: Guardar
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El cooperante español de Cruz Roja secuestrado en diciembre en Afganistán fue liberado ayer en perfecto estado como consecuencia de las gestiones realizadas sobre el terreno por agentes afganos y de nuestro país. Las fuentes consultadas por ABC precisan que nuestro compatriota ha estado en todo momento en manos de una organización de delincuencia común, muy conocida en la zona, y que la mayor preocupación durante todos estos días ha sido que la víctima pudiera ser vendida a otra red cuyas motivaciones, además de económicas, fuesen políticas. El trabajo realizado ya desde las primeras horas ha permitido conjurar este peligro.

El delegado español de la Cruz Roja fue secuestrado sobre las once de la mañana del 19 de diciembre en una aldea de Kinduz llamada Hussain-Khil, en el distrito de Ali-Abad.

La víctima viajaba en un convoy de dos vehículos que fue interceptado por un grupo criminal. Los otros tres compañeros del secuestrado pudieron escapar. Los trabajadores de Cruz Roja iban o regresaban de hacer una visita dentro de su trabajo humanitario y como tantas otras veces no contaban con protección militar o policial.

"Gracias a Dios está completamente sano y salvo", indicó a Efe el portavoz del gobernador de Kunduz, Sayed Mahmoud Danish, tras la liberación del cooperante, del que solo se ha facilitado su nombre, Juan Carlos. Danish explicó que "hoy por la tarde (por ayer) el empleado español de la Cruz Roja que fue secuestrado en la autopista en Ali-Abad fue afortunadamente liberado". "Nuestras fuerzas especiales –añadió– fueron desplegadas desde Kabul así como desde de Kunduz y la Policía de Kunduz y todas nuestras Fuerzas de Seguridad trabajaron en la liberación".

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) también adelantó la noticia con un mensaje en la red social Twitter en el que dijo: "Nuestro colega acaba de ser liberado tras cuatro semanas de secuestro en Afganistán". "Estamos muy felices de que haya vuelto sano y salvo", indicó posteriormente el portavoz del CICR en Afganistán, Ramin Ayaz Ahmad, al manifestar el reconocimiento de la organización a "las autoridades y a las personas que han ayudado a la liberación segura" de su compañero.

Explicó que el cooperante estaba en esos momentos en Kunduz y que se intentaba trasladarlo a Kabul para que se reuniera con su familia lo antes posible. "Su familia, amigos y nosotros hemos pasado por momentos duros por él, y él ha pasado una situación muy difícil", dijo. La familia del cooperante fue informada de inmediato de la liberación, según las mismas fuentes, que añadieron que la Embajada española en Kabul sigue los acontecimientos desde el primer momento.

La Policía afgana ha venido manejando la hipótesis de que el cooperante había sido capturado por una conocida banda criminal denominada Haji Fateh, dedicada al secuestro y cuyo objetivo suele ser el de recibir un rescate. La organización, que opera en la provincia de Kunduz, ha estado relacionada con otros casos de secuestro, asesinato y robo a mano armada y su cabecilla fue recientemente liberado tras haber permanecido en prisión por un robo.

En la provincia de Kunduz operan cientos de grupos criminales relacionados con robos, asesinatos y secuestros, y en ocasiones combaten en favor de los talibanes y en otras apoyan a las fuerzas de seguridad del Gobierno afgano. Resultó significativo que muy pocas horas después de conocerse los hechos un portavoz talibán se apresurara a desvincular a estos grupos de la acción: "El secuestro de un trabajador de la Cruz Roja en la provincia de Kunduz no tiene que ver nada con nuestros muyahidines", afirmó esa persona.

Desde hace 30 años

Desde las primeras horas del secuestro los encargados del caso trabajaron los la hipótesis de que los autores eran delincuentes comunes que querían dinero a cambio de la liberación del rehén. Esa constatación era un motivo de relativa tranquilidad, ya que la llave para conseguir ese dinero era que la víctima estuviese en buen estado y además iba a ser relativamente sencillo abrir una vía de contacto con los criminales.

Había otro elemento delicado: a veces las bandas que cometen este tipo de delitos no tienen una infraestructura suficiente para prolongar demasiado tiempo el cautiverio, y esa vulnerabilidad era peligrosa porque si se sentían presionados podían actuar contra el rehén.

El CIRC trabaja en Afganistán desde hace 30 años, donde provee ayuda médica, servicios de agua y sanitarios, visitas a centros de detención y actúa como intermediario neutral para permitir que el trabajo humanitario tenga lugar en todo el país. Los secuestros son comunes allí y los empleados de organizaciones humanitarias son a menudo objetivo de este tipo de acciones, en muchos ocasiones destinadas a obtener un rescate.

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