Uwe Boenhardt y Peggy Knobloch
Uwe Boenhardt y Peggy Knobloch - EFE

Hallan ADN de un neonazi en los restos de una niña desaparecida hace 15 años en Alemania

Uwe Böhnhardt se suicidó hace cinco años en una ciudad cercana al lugar donde se ha descubierto el cuerpo de Peggy K.

MADRID Actualizado: Guardar
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La Policía alemana ha anunciado este jueves la recuperación de restos de ADN relacionados con un neonazi vinculado a varios asesinatos en los recién descubiertos restos de una niña que había desaparecido hace 15 años.

Peggy Knobloch, de nueve años, desapareció en 2001 en la ciudad bávara de Lichtenberg cuando iba de camino a casa desde la escuela. Tras su desaparición, fue arrestado y acusado de asesinato Ulvi Kulac, un disminuido psíquico, que fue declarado culpable y condenado a cadena perpetua tras un polémico proceso en 2004, según relata la cadena germana Deutsche Welle. La condena se basó exclusivamente en la confesión de Kulac, puesto que no había pruebas que lo implicaran y el cuerpo de Peggy fue descubierto mucho después.

Kulac se retractó posteriormente de su confesión y fue absuelto.

Los restos de Peggy fueron encontrados en julio en un bosque
Los restos de Peggy fueron encontrados en julio en un bosque - AFP

Los restos de la pequeña fueron recuperados el pasado mes de julio en un bosque a unos 150 kilómetros de la ciudad de Eisenach. Las autoridades están tratando de determinar cómo llegaron los restos de material genético de Uwe Böhnhardt, quien fue miembro de un grupo neonazi llamado 'National Socialist Underground (NSU)' al cuerpo de la niña.

Eisenach es la ciudad donde Böhnhardt y su compañero de banda Uwe Mundlos se suicidaron hace ahora cinco años cuando la Policía logró rastrear su célula, formada por tan solo tres personas.

El NSU está relacionado con diez asesinatos, principalmente de extranjeros, entre los años 2000 y 2007. El único miembro de la célula que queda vivo es Beate Zschäpe, quien está siendo juzgada en Múnich por su presunto papel en los asesinatos. El pasado mes de septiembre, después de mantener silencio, Zschäpe reconoció que había abandonado su ideología neonazi y condenó los asesinatos.

El descubrimiento de esta célula en 2011 fue un signo de cómo las autoridades alemanas habían subestimado el riesgo de la violencia de extrema derecha en el país.

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