La gran coalición alemana comienza a negociarse el miércoles

Los líderes políticos alemanes que negocian la gran coalición sobreviven en tiempo de prórroga

El líder de los socialdemócratas alemanes, Martin Schulz EFE

ROSALÍA SÁNCHEZ

Apenas el congreso del Paritdo Sociadelmócrata votó luz verde a las conversaciones para la gran coalición , la agenda se ha puesto en marcha. La primera reunión tendrá lugar el miércoles y estará centrada en buscar coincidencias programáticas. El este primer encuentro, en el que previsiblemente participarán Merkel, su aliado bávaro, Horst Seehofer, el líder del SPD Schulz y los líderes parlamentarios de las tres formaciones, se acordará además el calendario de próximas reuniones con especial cuidado en la programación de los apartados sectoriales más controvertidos. Además de la Europa federal en 205, que Schulz ha anunciado que desea fijar como objetivo, habrá graves discusiones sobre el impuesto a la propiedad, el impuesto de sucesiones, la privatización progresiva de las pensiones y, por supuesto, los refugiados, tanto la cuota máxima de admisión como su derecho a la reagrupación familiar. “Van a ser negociaciones duras pero hay algo que está claro: Alemania necesita un Gobierno estable ", ha adelantado el secretario general de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), Alexander Dobrindt.

Merkel, por su parte, ya ha cerrado también una intervención en el congreso que sus socios de Baviera, la CSU, celebrarán la semana próxima. La canciller se empleará a fondo en convencer a los suyos de la necesidad de un acuerdo , dada la situación. Y todavía queda que la militancia socialdemócrata , si es que hay acuerdo, lo respalde en una votación que, como muy pronto, podría tener lugar el 15 de enero, lo que nos sitúa, siendo muy optimistas, en una Alemania con gobierno plenamente operativo en el mes de marzo.

Pero incluso aunque las cosas se den así de bien, es imposible no percatarse de la situación en la que se encuentran todos los líderes políticos que participarán en esas negociaciones y, si salen bien, en ese gobierno. Las últimas elecciones alemanas han barrido con una generación política que se aferra a su última etapa mientras en todos los partidos las trompetas anuncian relevos. Martin Schulz, que ha logrado salvar su precaria situación en la presidencia gracias a un órdago europeo a la grande, es mantenido por los suyos como una opción a corto plazo. “El partido ha entendido que Schulz está amortizado” , concluye una fuente socialdemócrata sobre el partido que todavía se sigue celebrando en Berlín,. “pero por razones estratégicas es demasiado pronto para lanzar al próximo candidato. Es mejor que Schulz lleva a cabo esta necesaria coalición y pague la consiguiente factura, mientras el partido se prepara para la siguiente batalla”. Los nombres que suenan para la sucesión son todos femeninos. Mientras esperan disciplinadamente su turno, chicas socialdemócratas como Andrea Nahles, Manuela Schwesig o Malu Dreyer afilan los cuchillos, mientras que Olaf Scholz, el alcalde de Hamburgo y eterno enemigo de Schulz, ni siquiera ha salido muy bien parado en las votaciones para la nueva directiva.

Parecida situación se vive en la CSU bávara, donde Horst Seehofer ha sido obligado a ceder la presidencia de Baviera a partir de enero y sobre el que se ejerce desde la directiva del partido una gran presión para que acepte un cargo de jubilación en el gobierno de gran coalición de Berlín y abandone, a cambio, renunciar a toda influencia en Múnich. Incluso en los pasillos de la sede de la CDU de Merkel, la Casa Konrad Adenauer, se escucha, por primera vez en muchos años, la palabra sucesión. La directiva del partido ha pedido a Merkel que, apenas logre formar gobierno, programe la cesión de la presidencia del partido, para que pueda darse de forma sana un relevo generacional que llegue ya rodado a las próximas elecciones, a las que nadie espera que ella se presente.

Una encuesta Forsa entre 1008 militantes de la CDU ha preguntado para RTL por la sucesión de Merkel y, según ese sondeo, el 81% de los encuestados se siente satisfecho con el trabajo de Merkel pero aun así desearía ya una sucesión. Y de nuevo nos encontramos con muchos nombres preferidos son femeninos. Un 45% de los militantes elegiría a Annegret Kramp-Karrenbauer, la presidenta de la CDU de El Sarre, un 43% a la presidenta de Renania Palatinado, Julia Klöckner, y en el tercer puesto figura el secretario de estado de Finanzas, Jens Spahn, con el 36%.

Nos encontramos por tanto con que la próxima gran coalición alemana va a ser negociada por políticos que están jugando ya en tiempo de prórroga, lo que sin lugar a dudas tendrá sus consecuencias en el tipo de acuerdo al que se llegue. Y habría que añadir que la peculiar situación no afecta solamente a los integrantes de la Groko, como se habla familiarmente en Berlín de la gran coalición, sino también a los líderes de los partidos políticos que quedarían en la oposición. Los liberales están cayendo en picado en las encuestas tras la ruptura de negociaciones decidida por Christian Lindner, una decisión que nadie en el partido consigue explicarse del todo y que cuestiona en adelante el liderazgo de Lindner. Y en la anti europea y anti extranjera Alternativa para Alemania (AfD), partida por la mitad desde que su presidenta Frauke Petry abandonó por sorpresa el partido el día después de las elecciones, han resultado elegidos copresidentes en el último congreso del partido Alexander Gauland, de 76 años de edad, y Jörg Meuthen, este más joven y el único al que puede aplicarse en propiedad una proyección a futuro en la política alemana.

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