El candidato republicano Donald Trump, durante una visita esta semana al memoral de guerra de Milwaukee (Wisconsin)
El candidato republicano Donald Trump, durante una visita esta semana al memoral de guerra de Milwaukee (Wisconsin) - Reuters

El Estado de New Jersey «perdonó» a Trump 25 millones en impuestos

Polémica al descubrirse que los casinos del magnate debían 30 millones al fisco y solo pagaron 5

Corresponsal en Nueva York Actualizado: Guardar
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El gobernador de New Jersey, Chris Christie, se ha convertido en objeto de burla durante el largo asalto a la Casa Blanca. Primero fue candidato a la presidencia en las primarias, con escaso éxito. Tuvo el mérito de ser el primer republicano en reconocer que Trump iba directo a la nominación y le mostró su apoyo nada más cancelar su candidatura, quizá con la esperanza de contar con el favor de Trump en el futuro. Pero desde el principio se le vio como un compinche obediente, de segundo plano. Trump le humilló en público en una ocasión y le dijo que no iba a comer más galletas Oreo (Christie arrastra un sobrepeso evidente) e incluso se filtró que le enviaba a buscar su pedido al McDonalds.

Nada de eso le sirvió a Christie para conseguir el que parecía su objetivo: entrar en el «ticket presidencial». Trump eligió a Mike Pence como candidato a vicepresidente, aunque reservó un lugar de honor a Christie en los discursos de la convención republicana y le ha puesto al frente del hipotético equipo de transición entre gobiernos si gana las elecciones.

Ahora la relación entre ambos vuelve a la palestra: al parecer, su amistad viene de lejos y ya estaba bien establecida cuando Trump logró un acuerdo fiscal muy ventajoso para sus empresas en Nueva Jersey. Según informaciones publicada esta semana por «The New York Times», los casinos del magnate arrastraban en 2011 una deuda de 30 millones de dólares con las autoridades del Estado, en un litigio que se había alargado durante seis años. Menos de un año después de que Christie se convirtiera en gobernador de New Jersey, los casinos obtuvieron un acuerdo extrajudicial por el que solo tuvieron que pagar cinco millones de dólares al fisco.

«No es posible saber si hubo algo problemático, pero es muy sorprendente que se rebajara tanto la cantidad»
David Skeel

Donald Trump lleva meses diciendo que, en la Casa Blanca, hará lo mismo que en su exitosa carrera en los negocios: conseguir «el mejor trato», ya sea en acuerdos comerciales o en reconfigurar el diseño de la Alianza Atlántica. En el caso de los casinos del Estado de New Jersey, el trato inmejorable conseguido con las autoridades coincidió con la llegada de un amigo personal, al que ahora ha convertido en uno de los hombres fuertes de su candidatura.

«No es posible saber si hubo algo problemático, pero es muy sorprendente que se rebajara tanto la cantidad», aseguró David Skeel, un especialista en leyes de bancarrota, al diario neoyorquino. Es habitual que las autoridades lleguen a acuerdos extrajudiciales claramente por debajo de la cantidad adeudado, ante el peligro de que no se acabe el litigio y que el deudor acabe siendo incapaz de pagar nada. Pero en el caso de Trump, el pago se redujo al 17% del original.

La deuda no pagada de los casinos empezó a originarse en 2002 y comenzó a ser reclamada por el fisco desde 2004. Trump y Christie se conocen desde 2002, cuando este último era el fiscal general de New Jersey y el multimillonario tenía importantes negocios en el Estado. Christie fue invitado a la tercera boda de Trump, en 2005, y el empresario tuvo un lugar de privilegio en la investidura de Christie, en 2010. En marzo de ese año, la prensa rosa les sacaba cenando junto a sus parejas en Jean-Georges, el restaurante que el célebre cocinero Jean-Georges Vongerichten tiene en la torre Trump de Nueva York. En el mismo lugar se juntaron los dos matrimonios un mes después de que se cerrara la disputa judicial.

La fiscal general de New Jersey en el final del litigio era Paula Dow, a la que Christie puso en el cargo y a la que el gobernador envió a otro destino una semana después de firmarse el acuerdo extrajudicial.

Un portavoz de Christie aseguró que el gobernador «no tenía ningún conocimiento ni implicación» en el acuerdo extrajudicial.

Nuevos ataques

No es la primera vez que un asunto fiscal se convierte en un quebradero de cabeza para Trump. El candidato republicano se resiste a hacer pública su declaración de impuestos -algo que tradicionalmente hacen todos los nominados presidenciales- y su contrincante, Hillary Clinton, está haciendo sangre con ello.

La candidata demócrata a la presidencia ha mostrado sus impuestos -con coste político, por los ingresos extraordinarios para una candidata «producto de la clase media», como ella se define- y aprovecha para atacar que Trump no lo haga. Su campaña acaba de presentar un anuncio de televisión en el que muestra a Trump diciendo, en 2014, que «sin duda ninguna» mostraría sus declaraciones de convertirse en candidato a la presidencia. «¿Qué esconde Trump?», se pregunta sin parar el anuncio, que también incluye críticas de miembros del partido republicano, como su último nominado a la presidencia, Mitt Romney.

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