La economía italiana, paralizada por la consulta

La situación es muy delicada para ocho bancos en potencial peligro de quiebra

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Italia ha estado paralizada durante la campaña electoral. En siete meses la consigna ha sido la misma: «Hay que esperar al resultado del 4 de diciembre para adoptar una decisión». En realidad, la política italiana se ha encontrado en estado de hibernación desde que el 29 de diciembre de 2015 Renzi anunció que si perdía el referéndum dimitiría, abandonando no solo el Palacio Chigi, sino también la política. Anoche hizo efectiva su renuncia. Durante este tiempo, en el Parlamento apenas se ha legislado y el Gobierno ha adoptado pocas decisiones, aunque algunas eran urgentes, salvo aprobar subvenciones electorales.

Tras el referéndum y el triunfo del «no» a las pretensiones de Renzi, la primera medida importante que se espera de Italia es que se apruebe la ley de presupuestos, cuyo texto debe ser confirmado por el Senado.

El dosier de la Banca es el más delicado y ha permanecido en hibernación durante meses. Un expediente que ha ocasionado el nerviosismo en los mercados. Ahora crece el temor de que, tras el rechazo de la reforma constitucional, ocho bancos puedan entrar en riesgo de quiebra, según auguró "The Financial Times". Se trata de una situación de alto riesgo porque se pueden ver afectados cinco millones de clientes. La situación más delicada es la del Monte dei Paschi di Siena, el tercer banco del país, al que le urge resolver una ampliación de capital por valor de 5.000 millones de euros. El sector financiero esperaba con ansiedad el resultado de la consulta, con la esperanza de que si la reforma era aprobada se podría dar una solución a la vacilante Banca italiana, que tiene créditos de difícil cobro por valor de 350.000 millones de euros, lo que obliga a algunos bancos a recapitalizarse. Vana esperanza, que en nada ha quedado.

Otras reformas urgentes

La dedicación del primer ministro a la reforma constitucional ha quitado energías a la acción de su Gobierno en otras reformas urgentes para estimular el crecimiento económico: el Producto Interior Bruto previsto del próximo año es del 0,8%, casi a la cola de Europa. Otros datos económicos tampoco son halagüeños: el paro llega casi al 12 % (el desempleo juvenil es del 13 %), con una economía sumergida del 13 %, y una deuda externa que supera los dos billones de euros, representando más del 135% del PIB.

La reforma se había considerado desde hace 30 años como una necesidad, sobre todo la supresión del bicameralismo, para dar más estabilidad política al país. Dada la importancia de Italia en la Unión Europea –país fundador y tercera economía de la Eurozona–, será inevitable que en el Ejecutivo de Bruselas y en las cancillerías se vea ahora con preocupación el periodo de inestabilidad política y económica que se abre en el país.

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