Las claves de Macron para un nuevo acuerdo nuclear con Irán

El presidente defiende una negociación más amplia, que permita la estabilidad en la región

El presidente francés, Emmanuel Macron, ayer, durante su visita a Australia AFP
Juan Pedro Quiñonero

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Emmanuel Macron no tiene una confianza frenética en Donald Trump ni en Benjamín Netanyahu, y continúa defendiendo el acuerdo nuclear con Irán de 2015, «pilar» de un nuevo acuerdo que tendría «otros pilares».

En visita de Estado en Sidney, el presidente Macron volvió ayer a matizar la posición oficial de Francia, durante una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull.

«Quiero precisar que, sea cual sea la decisión que tome el presidente de los EE.UU. será necesario preparar una negociación más amplia, un acuerdo más amplio al de 2015, por una razón muy simple: no creo que nadie desee la guerra en Oriente Próximo ; no creo que nadie pueda desear una escalada militar en la región».

A juicio de Macron el acuerdo nuclear con Irán debiera «integrarse» en un proyecto de solución «global» mucho más ambicioso, que debiera reposar en otros tres pilares.

Apoyado por Angela Merkel y Theresa May , Macron considera urgente abordar el día después de los acuerdos de 2015, cuando expiren algunas de las cláusulas sobre las actividades nucleares «más allá de 2025».

Como segundo pilar, Macron considera indispensable tratar el problema estratégico de los misiles balísticos de largo alcance. Un problema sensible para Teherán (afecta a la proyección mundial de su soberanía militar, con armas que pudieran destruir blancos en varios continentes).

Como tercer pilar, el presidente francés desea abordar un tema de carácter multilateral: contener las «actividades iraníes en Oriente Próximo y más allá, en Irak, Siria, Líbano y Yemen». Capítulo harto complejo, que no solo afecta a las relaciones de Europa, los EE.UU. e Irán. Teherán también sostiene un duelo estratégico con Arabia Saudí: Irán y Riad se disputan un liderazgo religioso que también es una «guerra de religión» internacional entre dos versiones antagónicas del islam.

Emmanuel Macron intentó convencer a Donald Trump del rosario de sutilezas de sus proposiciones de diálogo con Teherán, con unos resultados aparentemente inciertos.

Ante las «pruebas concluyentes» que dice tener el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, sobre los proyectos nucleares iraníes, el presidente Macron ha evitado la polémica, limitándose a insistir en que «Francia está muy apegada a la estabilidad de la región» . No es un secreto que las relaciones de Netanyahu con sucesivos presidentes de Francia –Sarkozy, Hollande y Macro– son de una frialdad que roza el desprecio y la hostilidad contenida.

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