El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la Kneset
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la Kneset - Reuters

Netanyahu admite que Israel «debe hacer más contra el racismo»

El primer ministro hace un llamamiento a la tolerancia tras los violentos enfrentamientos en Tel Aviv

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Después de dos protestas multitudinarias en Jerusalén y Tel Aviv y decenas de heridos en los choques entre manifestantes de origen etíope y las fuerzas de seguridad las autoridades de Israel reconocen que «debemos hacer más para combatir el racismo», como confesó el primer ministro en funciones, Benyamin Netanyahu. El dirigente conservador se entrevistó con Damas Pakada, el soldado de origen etíope apaleado por la Policía sin motivo aparente. Una cámara oculta captó las escena y la difusión de las imágenes por televisión encendió la chispa de las protestas. Netanyahu aseguró que «la Policía está haciendo todo lo que está en su mano para corregir su conducta» y Pakada, que tiene un hermano en la Fuerza Aérea, le respondió que «amamos nuestros trabajos, amamos servir al país y nuestro objetivo es darle todo lo que podamos».

La minoría etíope -unas 130.000 personas cuyo judaísmo es un tema controvertido, aunque se piensa que son descendientes de una de las tribus perdidas de Israel y por eso fueron traídos al país en los ochenta y noventa- piensa que «hay un problema de discriminación, hay un problema de racismo en Israel y queremos que el primer ministro lo afronte», declaró al portal Ynet Fentahun Assefa-Dawit, director de Tebeka, grupos de abogados que ayuda a los judíos de origen etíope.

Admisión de errores

Además de Netanyahu –que durante la campaña electoral fue tachado de «racista» por los árabes israelíes por sus repetidas llamadas al voto a sus seguidores para frenar el auge de esta minoría- el presidente, Reuven Rivlin, lamentó la agresión policial al soldado y admitió los errores de la administración con los etíopes a quienes «no hemos sabido escucharles». Para Rivlin las protestas muestran que «hay una herida abierta y sangrante en el corazón de la sociedad israelí. Una herida de una comunidad que da la voz de alarma porque siente discriminación y racismo».

La minoría etíope ha tratado desde su llegada de asimilar las reglas y costumbres de Israel y entre sus jóvenes destaca que el 90 por ciento acude al servicio militar obligatorio, la cifra desciende al 69 por ciento en el caso de las mujeres, según las estadísticas ofrecidas por la organización The Ethiopian National Project (ENP), que trabaja para favorecer la integración. Esta implicación con la institución vertebral de la sociedad israelí, sin embargo, no ha servido para superar el «racismo latente», según destaca Ynet, de una sociedad que en los últimos 60 años ha absorbido a emigrantes de todo el mundo. Aunque la guerra entre árabes y judíos se lleva los titulares, los conflictos internos entre judíos de distintos orígenes reflejan la complejidad de Israel.

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