Laureano Clavero y sus Rangers conquistan las playas de Barcelona en su particular Día D

El cineasta argentino recreó, el pasado domingo, el Desembarco de Normandía y la toma de Pointe du Hoc para la segunda parte de su proyecto fotográfico «Carentan-Omaha-Bastogne»

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Las olas rompen contra las piernas de los soldados americanos preparados para lanzarse sobre la playa. La sal y la arena se mastican en el ambiente. También la tensión del combate cercano e inminente. El frío, por su parte, cala hasta los huesos empujado por un potente (y molesto) viento que hace que las guerreras estadounidenses mojadas se peguen al torso de los combatientes.

Todo está preparado, en definitiva, para que comience el Desembarco de Normandía. Pero este Día D no se vivirá en las costas del norte de Francia, sino en Arenys de Mar. Un pequeño municipio de Barcelona que, este 27 de noviembre, ha utilizado el cineasta Laureano Clavero (director de MIRASUD PRO y autor -junto a Pere Cardona- de « El diario de Peter Brill

») para dar vida a la segunda parte de su último proyecto fotográfico: « Carentan-Omaha Beach-Bastogne».

«El proyecto se titula de esta forma porque busca dar vida, mediante tres sesiones fotográficas, a estas batallas con la ayuda de varias asociaciones de recreación histórica». Clavero explica esto mientras hace un breve parón después de terminar de poner a punto -rápidamente, eso sí, ya que el permiso expedido solo les permite utilizar la playa un día- el escenario.

Hasta el más mínimo detalle es importante para traer a la actualidad dos momentos determinantes en el Día D: la toma de Pointe du Hoc por los Rangers estadounidenses (los cuales tuvieron que escalar una gigantesca pared de 30 metros para conquistar una posición germana) y el desembarco estadounidense en Omaha Beach.

«Ese erizo checo a la derecha»; «Ahora las cuerdas para los acantilados». Las órdenes son concisas, y suenan con voz ronca. No es para menos, pues son las siete de la mañana y apenas ha salido el sol en Arenys de Mar. A medida que avanza la mañana y la playa comienza a parecerse a Omaha, empiezan a llegar los «soldados» encargados de hacer las veces de Rangers.

Los «militares» son una veintena de recreadores históricos de dos grupos diferentes: la « First Alliend Airborne Catalunya» y la « Airborne Lleida, 101 Division, Easy company, Reenacment Group». Todas ellas, las mismas que participaron, hace algunas meses, en la sesión fotográfica en la que MIRASUD PRO dio vida a la batalla de Carentan.

«Ya tengo preparadas las bolsas de plástico con las que los americanos cubrieron sus fusiles para que no se mojaran. Son de las mismas medidas que las originales». El que habla es Jaime Mendoza, recreador desde los años 90 y colaborador de la página web « Mundo Militaria». Él, al igual que la mayoría de los que han acudido a la playa de Arenys, cuentan con amplios conocimientos sobre los uniformes que portaban los Rangers en el Desembarco de Normandía.

Su minuciosidad es brutal. Al menos, así lo afirma el asesor histórico de Clavero, Pere Cardona (divulgador histórico y autor del blog « Historias segunda guerra mundial»). «Esta semana la discusión estrella previa a la recreación ha sido el tamaño exacto de las insignias de los Rangers. Al final, se llegó a un acuerdo». Los uniformes, en definitiva, no pueden ser más exactos. Lo mismo que cada uno de los accesorios que portan. «Hay gente que va disfrazada, nosotros recreamos. Es algo diferente. Hay que ser históricamente preciso», determina Santiago, uno de los «combatientes».

Pointe du Hoc

Aproximadamente a las nueve comienza la sesión fotográfica. Todos los soldados están preparados, vestidos y armados (con réplicas, eso sí) para empezar. Algún viandante despistado no puede evitar parar y dirigir una mirada furtiva e indiscreta. «¿Están rodando una peli». Esa es la pregunta más recurrente. La segunda es la habitual: «¿Puedo hacerme una foto con vosotros?».

Las primeras instantáneas recrearán la subida de los acantilados de Pointe du Hoc por los Rangers. Algo determinante en el Día D, pues -con ese movimiento- los estadounidenses pretendían acabar con unos peligrosos cañones de 155 milímetros ubicados en un risco. Joan Parés, de la « First Allied Airborne Catalunya», no está del todo de acuerdo con el emplazamiento pero -como explica- es el mejor que había: «No es el mismo tipo de tierra, pero es parecido».

A una voz de Clavero, los Rangers forman y empiezan a subir los acantilados de la playa de Arenys ayudados por una cuerda. «¡Quietos! Preparados para la foto». La primeras tandas se completan. Y no faltan detalles, pues a lo largo de las horas van desfilando por la arena desde un médico, hasta varios heridos y algún que otro muerto.

Este último, rodeado de una sangre cortesía de la maquilladora de MIRASUD PRO, Ruth Álvarez. «Hoy, después de hacer muchas pruebas, la sangre está elaborada con sirope de fresa, Cola Cao, azúcar glas y colorantes rojo, morado y amarillo. Con el presupuesto que tenemos, es perfecta», determina. No parece que haya mucha diferencia con la real. Casi parece que el soldado que yace sobre un pedrusco ayudado por un sanitario está herido realmente.

Las imágenes, en este caso, son más libres a nivel histórico. Y es que, existen muy pocas instantáneas originales del ascenso de los acantilados de Point du Hoc.

«Mientras que recrear el Desembarco en las playas es más sencillo por la cantidad de películas que hay, además de las fotos originales de Capa, no pasa lo mismo con Pointe du Hoc. En este caso hay muy pocas imágenes. Pero si hay muchos relatos, muchas memorias que dicen como fue la batalla. A través de ellos se puede reconstruir. Además algunos historiadores lo narran de forma pomenorizada. A partir de todo ello te haces a la idea de lo que puedes fotografiar, pero te deja más libertad», explica Clavero.

Omaha

Pasado el mediodía, y tras quemar suela subiendo los acantilados a base de cuerda, toca representar el desembarco en la playa de Omaha. Una sesión fotográfica para la que MIRASUD PRO ha echado el resto, como se suele decir. Así lo demuestra el que hayan llenado la playa de erizos checos (las principales defensas alemanas para evitar que los carros de combate aliados desembarcasen), una alambrada de espino, y todo tipo de deshechos.

El cielo, encapotado como aquel fatídico 6 de junio de 1944, termina de completar un perfecto escenario se deja querer ante la cámara de Clavero.

Sergio García, jefe de producción, se muestra orgulloso del «set» que ha creado. «Los erizos me han dado muchos problemas. Ha sido muy complicado porque son muy grandes. Los hemos elaborado en madera y con unas medidas algo menores que las originales porque sino eran imposibles de transportar. Posteriormente los pintamos de forma que fueran como los originales: metálicos, pero oxidados por encontrarse en el agua», afirma.

Poco antes estaba tirando (con guantes, eso sí, lo primero es la seguridad) del alambre de espino que tanto se usó para detener a los enemigos del nazismo en las playas. «Su misión no era matar. Era detener al enemigo. Si caías en él, no podías salir solo, necesitabas que alguien te ayudara», determina Cardona.

En este caso no hay acantilados. Pero sí agua, oleaje, y muchos guiños a la famosa película «Salvar al soldado Ryan». No en vano Álvarez ha maquillado a un recreador para que parezca que su brazo está amputado. Un guiño a la escena ideada por Spielberg. Los «soldados» tampoco pueden evitar alguna que otra broma y, mientras Clavero les dirige órdenes y tira fotografías, recuerdan en voz alta una de las conversaciones más famosas del film. «Capitán Miller... ¿Cuál es el punto de reunión?». «Cualquiera menos este», responde un compañero.

Según va subiendo la marea, la intensidad de la sesión fotográfica aumenta. De la nada, aparece un soldado sin piernas del que tiran otros dos combatientes. Todo ello, después de varios minutos de trabajo de la maquilladora, así como algún improperio de esta contra la marea (la cual ha subido demasiado de imrpoviso y le ha hecho repetir parte de su trabajo).

«Buscamos recrear todo, incluso la crudeza de lo que fue el Desembarco de Normandía. No solo la cuestión épica, sino también lo que sufrieron los soldados. Por eso hemos incluido heridos y mutilados en esta nueva sesión fotográfica. Una de las cosas que destacó en la primera sesión, más allá de la precisión de los uniformes, fue el realismo del maquillaje. En esta segunda sesión, como ya nos conocemos con los grupos, queríamos hacer lo mismo», destaca Clavero.

Hasta la próxima batalla

Aproximadamente a las cuatro acaba la sesión. Toca hacer que la playa de Normandía vuelca a ser Arenys de Mar.

Sin embargo, Clavero recuerda que todavía queda una sesión fotográfica más: la que revivirá la contienda que la 101ª División Aerotransportada libró en Bastogne durante la batalla de las Ardenas. «Todavía estamos ultimando la localización. Buscamos nieve y un territorio plano,. Una localización que se parezca a la original. El terreno tiene que transmitir que el frío fue un factor determinante para la derrota del ejército alemán. Puede que acudamos al Pirineo», determina.

Mientras recoge los erizos checos, Sergio García respira. Lo más duro ha pasado. «Bastogne será más fácil, solo necesitamos pozos de tirador, que son sencillos de hacer». No tendrá que volver a pasar por el calvario de dar forma a los erizos checos. Aunque tocará llevar ropa de abrigo.

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