Taylor Phinney celebra su triunfo./AFP
Sumar 21 años en el ciclismo supone estar casi estar en pañales y no tener un hueco en la élite. De hecho, la mayoría suele esperar su paso al profesionalismo obligado a partir de las 23 primaveras que limitan las categorías de jóvenes.
Sin embargo, las nuevas tendencias en el deporte de las dos ruedas han cambiado escenarios, tradiciones y tópicos. De estos descubrimientos ha surgido el estadounidense Taylor Phinney. A sus 21 abriles ya puede presumir de haber sido líder en una gran vuelta desde que se impusiera en la contrarreloj de 8,7 kilómetros que dio la salida a la edición del Giro de Italia 2012. Por las calles de la ciudad danesa de Herning -ciudad natal de Bjarne Riis-, el especialista enseñó su planta de rodador y respondió a la apuesta del BMC, que le había colocado como su último hombre en el orden de salida. «Pensaba en esta contrarreloj desde hacía meses. Había inscrito el Giro en mi programa desde octubre pasado. Todos me decían que era favorito, pero no es fácil justificarlo sobre el terreno», explicó.
Phinney puede presumir de un gran pedigrí heredado de su padre, Davis Phinney, primer estadounidense en ganar una etapa en línea del Tour de Francia y bronce olímpico en 1984 y de su madre, Connie Carpenter, quien también se colgó una oro como ciclista en la misma cita después de descartar su carrera como patinadora. Pero también es heredero de Lance Armstrong, gigante y referente en su país que le señaló antes de ser profesional como «el mayor talento en mucho tiempo».
En Dinamarca, Taylor Phinney detuvo el crono en 10:26, con nueve segundos de ventaja sobre el británico Geraint Thomas (Sky) y con trece sobre el danés Alex Rasmussen (GRM). «He dado todo lo que tenía. Ha sido duro, los últimos kilómetros fueron un infierno, no lograba pensar en nada sino solo en los dolores de piernas», dijo el campeón del mundo contrarreloj sub'23 en 2010 y dos veces ganador en el Mundial en pista en persecución. Un semidesconocido joven que era favorito para el prólogo.
Phinney vestirá la 'maglia' rosa de líder de la competición en una semana en la que los grandes sprinters acecharan la prenda codiciada con Cavendish como punta de lanza. Lejos se otea la última semana que decidirá la clasificación general mientras los grandes protagonistas guardarán fuerzas. Por el momento, la decepción inesperada de los aspirantes a ganar el Giro fue Michele Scarponi, defensor del título, quien perdió 1:06 en los escasos kilómetros que recorrieron en la prueba individual contra el crono. «No quedé para nada satisfecho, hubiera podido perder menos tiempo», reconoció el italiano.
Por contra, el español 'Purito' Rodríguez sorprendió gratamente en su prueba más denostada con solo 43 segundos perdidos respecto al ganador. Ivan Basso, otro de los favoritos, acabó a 39 segundos y Fränck Schleck enseñó que su obligada inscripción en el Giro no cuenta con buenos augurios (perdió 59 segundos). Damiano Cunego, otro candidato a la general, perdió 1:03. Muchos kilómetros y montañas les quedan para resituarse en sus luchas. De momento, el imberbe Phinney será el primero en defender el liderato por las calzadas de Dinamarca durante los próximos dos días. Todavía parece pronto para otras metas por mucho que Lance Armstrong apunte la receta de un futuro éxito: «Un buen chico, buenos genes, buena personalidad».
