Georgia, 59 España, 83
España cumplió el trámite ante Georgia para pasar a la segunda fase del Eurobasket con cuatro victorias en cinco partidos que permiten a la selección de Juan Orenga recuperar sensaciones para afrontar lo que será el verdadero campeonato. Sin un juego deslumbrante, pero de nuevo contundente cuando la doble campeona continental precisó imponer una marcha más ante un rival muy inferior, y sin desgastarse frente a un enemigo que no aguantó ni siquiera dos cuartos. Un buen entrenamiento para ajustar piezas, probar novedades, progresar en ataque, dar descanso a los mejores y, con los reservas, demostrar que España tiene hombres y recursos suficientes, aunque en el interior dependa demasiado de Marc Gasol. Frente a los georgianos ni siquiera fue necesario el pívot de los Grizzlies, protegido para batallas más duras e intensas. Sin dejarse ir pese a la enorme ventaja, volvió a funcionar el contragolpe y los suplentes respondieron a lo grande y esas son dos grandes noticias para España.
Después de jugar casi a diario y tener que cerrar la primera ronda ante un equipo eliminado que no animaba para nada aunque ya puso en complicaciones a Croacia y Eslovenia, lo difícil era mantener la tensión competitiva. Y la selección española lo consiguió para arrollar también a Georgia, agarrada a un Ricky Rubio que continúa creciendo y a unas rotaciones que permiten albergar máximas esperanzas para el histórico reto de un tercer título consecutivo. Se echará en falta más continuidad como equipo y más regularidad y ritmo en el juego, pero cuando España no contemporiza en defensa, como pasó en el primer periodo y gran parte del segundo, y apuesta por el baloncesto fluido, no hay quien la frene. Así ocurrió en un abrir y cerrar de ojos cuando se acercaba el descanso: 2-15 de parcial para el 29-41 y partido resuelto.
Es cuestión de apretar y distanciarse. Cierto es que Georgia no es un contrario para sacar grandes conclusiones, pero España se mereció el asueto de la segunda mitad, cuando con su segunda batería de hombres no tuvo ningún miedo al aro y se divirtió. Los titulares -impulsados por sus bases- y sus recambios ya habían hecho su trabajo en la primera parte, y lo curioso fue que, gracias al atrevimiento en ataque de los suplentes, todos los internacionales españoles habían anotado. Dirigidos por Sergio Rodríguez, que también estuvo a un gran nivel y va a más, Llull, San Emeterio, Gabriel y Rey también se animaron y no bajaron los brazos para sellar otra paliza considerable. Lógicamente, con más relajación, después de que el quinteto inicial pusiese la directa en un momento arrollador. A la defensa que tan bien está funcionando en este Eurobasket se sumó la velocidad y la soltura ofensiva y se acabó con Georgia.
Todo fue demasiado fácil, aunque el contrario plantase cara y exigiese más de lo previsto a una España acostumbrada a disfrutar defendiendo, aunque sufra en exceso cuando no corre. Y más, si no funciona el lanzamiento exterior. Así pasó en una primera parte en la que solo se acertaron cinco de 14 triples. Rudy sigue demasiado errático y debe reaccionar en un campeonato en el que se espera mucho de él sin Pau Gasol ni Juan Carlos Navarro, pero sí es destacable la mejoría ofensiva de España. De la defensa no había dudas y se dejó a Georgia en menos de 60 puntos. Las incógnitas siguen estando en el ataque, sobre todo en el estático, pero se volvieron a superar los 80 y gracias a jugadores de recámara que también empiezan a sentirse importantes. Así es como se refuerza el carácter de grupo, con la aportación de todos, comprometidos con la causa.
España dispondrá de dos días de descanso hasta el jueves, cuando comenzará a disputar la fase de credibilidad antes de las eliminatorias directas, contra Grecia, la sorprendente Finlandia e Italia. Seguro que le vendrá muy bien a la selección esa relajación, también para analizar errores, después de tanta concentración de enfrentamientos. Con el único tropiezo ante la anfitriona, este torneo también pinta bien para la bicampeona de Europa, aunque le esperan desafíos complicados.
