Varios de los diseños presentados en la exposición dedicada a Jean-Paul Gaultier
Varios de los diseños presentados en la exposición dedicada a Jean-Paul Gaultier - Grand Palais

El Grand Palais abre sus puertas a la pasión alegre de Jean-Paul Gaultier

El museo parisino dedica una exposición retrospectiva al diseñador francés

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Jean Paul Gaultier (JPG) sube a los cielos del Grand Palais, donde reina olímpico Velázquez, para mejor contar la historia de sus primeros cuarenta años de carrera, entre la alta costura, el punk suburbano, el surrealismo, la plurisexualidad, el fetichismo, las locuras infantiles y los delirios íntimos de un creador que se sirve de la moda para inventar nuevos mundos, que están en este.

A partir del próximo miércoles, 1 de abril, el Grand Palais -el mismo espacio museístico donde triunfa la gran exposición sobre Velázquez- presenta una retrospectiva de toda la obra de Gaultier, sin ningún ánimo «arqueológico», sino más bien al contrario.

En la retrospectiva estarán bien presentes todas las creaciones de su carrera, «hilvanadas» con una puesta en escena que oscila entre el espectáculo circense, la ópera bufa y el gabinete de antigüedades e intimidades, que JPG resume de este modo: «En una exposición consagrada a mi carrera no podían faltar el osito de peluche de mi niñez ni el gran desfile presentado por Catherine Deneuve, con todas las estrellas y señoronas que me han hecho el honor de acompañarme: Arielle Dombasle, Dita Von Tesse, Amy Winehouse.

Algo que ya hice otra vez... un desfile a la antigua, “criticado” por una banda de “punks” ingleses. Algo divertido. No solo vestidos colgados como cadáveres exquisitos».

Los vestidos de alta costura, los accesorios, los croquis, los objetos íntimos, estarán acompañados con fragmentos de películas(de Pedro Almodóvar, de Peter Greenaway, de Luc Besson), con muchas fotografías de grandísimos maestros como Andy Warhol, Cindy Sherman, Peter Lindbergh, David La Chapelle, Richard Avedon, Mario Testino, Robert Doisneau y la pareja Pierre y Gilles, que han realizado el retrato andrógino de Gaultier que será el cartel de la expo.

Rastro cosmopolita

Todo ese material de «rastro» cosmopolita estará puesto en escena y acompañado de una interminable relación de iconos íntimos: la cabeza de Gaultier fotografiada con el cuerpo semidesnudo de Naomi Campbell, la Madonna del «Blond Ambition Tour», las latas de conservas que venden perfumes y elixires eróticos, la trench coat que deja al descubierto la escasa lencería de una modelo semidesnuda -Farida Kehlfa, elegida «Miss JPQ»-, negros macizos desvestidos con una camiseta de marineros de agua dulce, Conchita Wurst rindiendo homenaje a vampiros de pacotilla, «rock’n’romantic» consagrado a glosar la belleza de las chicas «rellenitas»...

«Lo mío -dice Jean Paul Gaultier- es un canto permanente a mis recuerdos infantiles y adolescentes, mi pasión alegre por la vida». Agregando: «Por mis desfiles han pasado todo tipo de bellezas. Me aburren las señoras y señoritas que desfilan tiesas como un palo o, peor, como robots de cocina. Cuando comencé a crear pasé muchas temporadas en Londres, donde las chicas asumían su físico, gorditas, con mucha gracia, muy sexys. A partir de ahí, decidí que en mis desfiles estarían presentes las chicas gorditas, y las negras. O sencillamente, las gordas gordas y las negras negrazas. Todo puede ser bello si se asume con gracia».

«De hecho -continúa Gaultier-, lo mío es una cultureta de rastro, de mercadillo de suburbio. Muchas de mis primeras cosas venían de los mercadillos suburbiales, donde hay mucha ropa usada, que puede usarse con gracia y ser muy bella. El total look de la norma oficial de mis principios me aburría profundamente. De ahí que mis creaciones estuviesen muy marcadas por todos los mestizajes de todas las culturas. Tomaba aquí y allá lo que me hacía gracia. Y ese arte de la composición me hacía y hace feliz».

El último Gaultier del otoño pasado decidió enterrar el prêt-à-porter para «centrarse» en sus creaciones internacionales y las más peregrinas asociaciones y colaboraciones internacionales: de una cadena de híper de moda joven japonesa a un nuevo perfume lujurioso. Y la retrospectiva del Grand Palais lo instalará en el podio de los «grandes maestros».

Solo se vive una vez

Título que lo horroriza y le pone los pelos de punta acerada. «Miren ustedes -concluye-, Godard decía que solo se trata de amar o morir. Pues eso. Solo se vive una vez. Me formé en una cultura y estética del rastro, el mercadillo. Me horrorizaba y horroriza la visión oficial que se tenía de las mujeres, aquello de “sé bella y cállate, rica”. Tan injusta como la reducción del hombre al contenido de su billetera o cuenta corriente. ¿Hay otras fuerzas para andar por el mundo? ¡Sííí! El amor, la seducción, la risa. En mi caso, he deseado ser capaz de seducir y llorar».

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