Paco Marsó, el único hombre al que Concha Velasco amó y el que más la hizo sufrir

En el año 2010 la actriz decía adiós a su gran amor, a más de veinticinco años de matrimonio y un complicado divorcio en rodeado de polémica a raíz de los amoríos de él

Concha Velasco y Paco Marsó ABC

ABC.ES

Una terrible confusión ha hecho creer a España entera que la actriz Concha Velasco dejaba los escenarios para siempre después de una exitosa carrera de 64 años que empezó en las tablas pero fue ampliándose hasta el cine y la televisión, culminando con un Goya de honor y el Premio Nacional del Teatro.

Tras ponerse en contacto este periódico con la actriz, esta ha asegurado sorprendida: « ¡No he dicho que me vaya a retirar! Lo que he dicho es que esta función sería una bonita manera de terminar mi carrera teatral». Un respiro para sus seguidores que esta mañana veían como su ídolo abandonaba el trono . Sin embargo, Concha Velasco es imparable y tras a actuar en «El funeral», la intérprete recogerá el próximo sábado por la mañana la Medalla de Oro de la ciudad de Valladolid. La actriz, nacida en la capital del Pisuerga en 1939, sumará así la máxima distinción de su localidad natal.

Concha Velasco Isabel Permuy

Una vez más Concha Velasco acapara los titulares de la prensa, esta vez de manera errónea. A raíz de este suceso repasamos la vida sentimental de una de las grandes de España. Mucho se ha hablado de la presencia de Paco Marsó en la vida de la actriz y el morbo que rodeó su matrimonio. Se conocieron mientras representaban «Don Juan Tenorio», en 1966. «De Paco me enamoré según le vi», decía la actriz; sin embargo, su boda no se celebró hasta el 18 de abril de 1977. Concha tenía ya un hijo, Manuel (al que Marsó daría sus apellidos), y él una hija, Diana Patricia . Juntos tuvieron un hijo en común, Paco , nacido en 1979. El matrimonio fue siempre un «contigo pero sin ti», y en 1990 se producía la primera separación de la pareja.

Boda Concha Velasco y Paco Marsó ABC

Hubo amago de divorcio, pero se reconciliaron; nueve años después Concha presentaba una nueva demanda de divorcio, que retiraría enseguida. Una nueva crisis en 2002 llevó a la ruptura definitiva en 2005 y a su divorcio en 2010. En su entorno, y también en los medios (Concha llegó a admitir que fueron su psicoanalista) se sabían los motivos: los problemas causados por las infidelidades de Paco Marsó y su afición al juego, que causaron buena parte de los problemas económicos de la pareja, agravados por inversiones fallidas. «Al divorciarme he ganado que cuando suena el timbre de casa no piense que es una citación judicial», llegó a decir en una entrevista.

En el año 2006 Marsó hizo su aparición estelar en el papel de «yo soy el culpable de todo», reconociendo que había sido infiel a su esposa, pero matizando que no muchas veces y que le había engañado con profesionales del sexo (de las que cobran a cambio de servicios), se entiende que con el dinero que ganaba su esposa. Con esa sinceridad, Marsó también reconoció que en el casino había noches que podía perder casi un millón de pesetas . De todas sus confesiones lo que más le dolió a la actriz fue cuando Marsó se refirió a ella como a una hermana y explicaba que antes de separarse llevaban siete años durmiendo separados.

Concha Velasco y Paco Marsó ABC

La producción del musical «Hello, Dolly», en 2001, que puso en pie Marsó con Concha como protagonista les obligó a hipotecar su chalet en La Moraleja. Al año siguiente Hacienda les reclamó una deuda de 708.000 euros por el impago sucesivo del IVA de su sociedad. La deuda les obligó a tener que vender el chalet y trasladarse a un piso en el barrio madrileño de Chamartín. Los medios acusaron entonces a Marsó de ser un derrochador, aunque Concha salió una vez más en su defensa al asegurar que en lo único que derrochaba su marido era en las producciones teatrales para ella. Pero se cuenta que ella dio orden a la taquilla de que no le dieran ni un duro a Marsó, que iba todas las noches a reclamar la recaudación. «He perdido más dinero del que he ganado», decía en 2011. También de la casa de Chamartín tuvo que marcharse –«me pusieron de patitas en la calle», dijo–, y su deuda con Hacienda continuaba. Vivió un tiempo en un hotel y llegó a confesar que inclus o estuvo a punto de suicidarse .

El productor de espectáculos falleció el 5 de noviembre de 2010 víctima de un derrame cerebral en Málaga. Por decisión de sus tres hijos, se donaron los órganos de su padre a fin de que pudiesen ayudar a otras personas. La actriz decía adiós así a más de veinticinco años de matrimonio y un complicado divorcio firmado ese mismo año en medio de bastante polémica a raíz de los amoríos de Marsó quien un año antes de su muerte tuvo a su cuarto hijo fruto de su relación con una novia cubana. Ahora la actriz vive muy cerca de sus hijos y nietos que, siempre asegura, «son mi prioridad; siempre lo han sido, pero a veces se me olvidaba».

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