Sofía y Luis junto a su hijo Benjamín
Sofía y Luis junto a su hijo Benjamín - Gtres

Luis Suárez, futbolista de élite gracias a una promesa de amor

El azulgrana le prometió que sería futbolista profesional, jugaría en Europa y la buscaría para casarse con ella y formar una familia

Madrid Actualizado: Guardar
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Nacido en una familia pobre. Luis Suárez dividió su juventud entre su profesión como barrendero y su pasión como futbolista, oficio al que renunció debido a las crisis emocionales sufridas tras el abandono de su padre.

Con tan solo 15 años conoció al amor de su vida en Uruguay, Sofía Balbi, una «niña bien» dos años menor que él. Hace unos años, la pareja concedió una entrevista a la cadena de televisión «Canal 10», la cual emitió un programa especial en la que Luis y Sofía hacían pública su historia de amor, demostrando que no todo fue maravilloso desde el principio.

Sofía junto a sus dos hijos, fruto de su relación con el futbolista
Sofía junto a sus dos hijos, fruto de su relación con el futbolista - Reuters

Desde el momento en el que comenzaron su noviazgo, Sofía se convirtió en el pilar de su vida.

Todo fue bien hasta que, en 2003, la crisis económica del país les hizo separarse. «Al papá de Sofía le dicen que tiene que ir a Barcelona a trabajar», contó una amiga de la infancia durante el reportaje. Cuando todo parecía terminado, «nos sentamos de noche en una parada de autobús y nos pusimos a llorar porque pensábamos que no nos volveríamos a ver nunca más», confesó Lucía durante una entrevista. Gracias a la red social del momento, Messenger, Luis y Sofía lograron mantener el contacto. El futbolista le prometió que sería futbolista profesional, jugaría en Europa y la buscaría para casarse con ella y formar una familia. Desde entonces, Luis solo vivía para acercarse de nuevo a ella a través de su único recurso posible: el fútbol.

Europa, meta de la felicidad

El azulgrana pidió a su representante fichar por un equipo en Europa, cerca de Sofía. «Creo que si Sofía no hubiese estado en España, no sé si hubiese tomado la decisión de irme al Groningen- un club neerlandés de fútbol perteneciente a la Eredivisie, situado en la ciudad de Groninga- porque yo estaba muy cómodo en Uruguay». Tras varios años de lucha, el futbolista cruzó el charco para aterrizar en Holanda, aunque su llegada no fue como esperaba. «Era todavía un niño, los primeros meses fueron muy difíciles para mí». Y entonces no aguantó más. «Se escapó un fin de semana a Barcelona para ver a Sofía», relató un compañero de equipo. Convenció a Sofía para que viajase con él a Holanda y dar el paso definitivo a su historia de amor. « Aparte de jugar al fútbol, lo que quería era estar lo más cerca posible de Sofía y por fin estar juntos. Los dos éramos jóvenes y estábamos sufriendo mucho». Fue viaje de no retorno, un viaje para quedarse siempre en su corazón. «Vente conmigo y estaremos siempre juntos», le prometió, y así fue. A las semanas se unieron en Holanda, se casaron y trece años después volvieron a Barcelona junto a sus dos hijos, Delfina y Benjamín, y un futuro prometedor. « Yo soy un jugador que si no está feliz fuera del campo no lo demuestra dentro. Cuando comienzas es importante tener una buena persona al lado y creo que ella lo ha sido para mí».

El pasado mes de octubre, Sofía cogía el micrófono por primera vez delante de los medios, para felicitar a su marido. «Tanto yo como mis hijos estamos muy orgullosos de él y sabemos por todo lo que pasó pero este es el premio de un año difícil», declaró visiblemente emocionada durante el acto en el que el jugador recogía la Bota de Oro como máximo artillero de Europa.

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