Jose Antonio Canales
Jose Antonio Canales - Jose Luis Alvarez

José Antonio Canales Rivera: «Mis primos, Fran y Cayetano, viven de las revistas del corazón»

Cuando está a punto de celebrar 25 años de profesión, el torero sigue esperando su momento

Madrid Actualizado: Guardar
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José Antonio Canales Rivera (Barbate, 28 de marzo de 1974) es un buen torero. Pero, a pesar de su importante apellido en el mundo taurino, Canales no ha tenido demasiada suerte (todavía). Hijo de Teresa Rivera, hermana de Francisco Rivera «Paquirri» y José Rivera «Riverita», Canales es primo de Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez. Un currículum genético que le hace conservar la misma ilusión de siempre, consciente de que su gran oportunidad puede llegar en cualquier momento. Esta reflexión le llega cuando está a punto de celebrar sus bodas de plata en la profesión. Veinticinco años cara a cara con el toro.

—¿Le han exigido más por ser familia de Paquirri?

—Ese hándicap siempre está ahí, pero creo que lo he solventado bien.

Al principio, cuando tenía quince años, era más difícil. Cuando la gente iba a verme pensaba que iba a ver a Manolete y se encontraban a un crío con limitaciones y sin oficio. Lo que aportaba era mi ilusión y mis ganas. Después, en los últimos años como novillero, ya las cosas eran distintas y desde entonces gozo del respeto del público y para mí eso es muy importante.

—¿Han tenido más suerte sus primos Francisco y Cayetano que usted por contar con el lanzamiento y la promoción de las revistas del corazón?

—A la vista está que han tenido más suerte que yo, pero a nivel personal he sido más afortunado que ellos. A su papá lo mató un toro, su mamá murió cuando ellos eran muy jóvenes, su abuelo también falleció siendo muy importante para ellos. También ha fallecido su tía carnal. Caye tiene una separación y Francisco, otra. Yo en ese aspecto soy muy afortunado porque no he sufrido lo que ellos.

—Usted está casado, tiene dos hijos y nunca ha utilizado su vida privada, ¿por qué?

—No me ha gustado. Por supuesto tengo las hipotecas de la casa y el coche y me gustaría no tenerlas, pero tengo cuarenta años y ganas de seguir trabajando y haciendo cosas. Taurinas y extrataurinas.

—¿Cuantos años lleva casado con María del Carmen?

—Once.

—¿Tenía que ver ella o su familia con el mundo del toro?

—No, cuando nos conocimos ella no sabía que era torero.

—¿Le gustaría que alguno de sus hijos siguiera sus pasos?

—No, ni él ni ella menos. Ella lo tiene muy claro y él ha hecho sus pinitos, ha toreado en el campo y a algunas becerritas y se le da bien. Deben de ser los genes que dejó el abuelo Rivera pero a él lo que le gusta es el fútbol. Nosotros solo nos preocupamos de que sea un niño feliz.

—¿Y si le dice un día que quiere ser torero?

—Me pasaría lo que a mi abuelo, le dí el gran disgusto de su vida y él me lo dará a mí. Ser torero es muy duro. Yo sé lo difícil que es. Él juega en el Cádiz en la categoría que corresponde a su edad y no lo hace nada mal. Está muy implicado y yo estoy encantado.

—¿Se planteó hacerse torero por su familia?

—No, a mí lo que me hace ser feliz es estar delante de la cara de los toros. Ir a un festival o a un tentadero me hace feliz, muy feliz. Independientemente del riesgo que conlleva.

—¿Ha toreado alguna vez con Francisco y Cayetano?

—No, nunca he coincidido con ninguno de los dos.

—¿Cómo es su relación con ellos?

—Mi relación es regular, ni buena ni mala. Es una relación políticamente correcta. Si nos vemos, bien y si no nos vemos, no pasa nada.

-¿Estuvo en sus bodas?

—No. Ni en la primera ni en la segunda de Francisco. Acudí a la primera de Cayetano porque todavía no toreaba. A esta última no he sido invitado.

—En algún momento podrían haberle echado una mano,¿no?

—¿Una mano? Con que no me hubieran jodido habría sido suficiente. No habría sido necesario que me hubieran ayudado. No me han ayudado en ninguna medida.

—¿Cuál fue el momento más difícil de su carrera?

—Quizás en el año 1998 que me cogieron muy fuerte dos o tres toros y llegué a plantearme si seguir en esto. Un toro me metió el pitón por debajo de la barbilla y me salio por la boca rompiéndome cuatro dientes y tuve suerte porque me podía haber arrastrado por toda la plaza.

—¿Hasta cuándo seguirá toreando?

—Voy a seguir toreando mientras las piernas aguanten. En estos momentos aparte del toro, soy director de un complejo hostelero gastronómico muy importante en la Línea de la Concepción y puedo seguir toreando.

—Ha comentado en más de una ocasión el tema de la hipoteca, ¿no ha conseguido «forrarse» con el mundo del toro?

—¿Forrarme con el mundo del toro? Para nada. Taurinamente yo no he ganado dinero. He ganado para tener una vida cómoda. Yo vivo en un piso en un buen sitio en Cádiz, pero en un piso. Yo no tengo fincas, ganadería, caballos, vacas, solares, plazas de garaje. Lo que gano es para vivir como cualquier profesional. Los que ganan dinero de verdad son cinco o seis toreros, a los los demás nos da para vivir.

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