EFE

La Infanta Elena, invitada de excepción en la fiesta del 4 de julio en Madrid

A la celebración ofrecida por James Costos acudieron también Miguel Ángel Muñoz e Irene Villa, entre otros

MADRID Actualizado: Guardar
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Si en 2015 fueron Nueva York y Broadway los temas centrales de la celebración de la Fiesta de la Independencia de Estados Unidos en Madrid, este año le tocó el turno a Hollywood y la ciudad de Los Ángeles. El embajador estadounidense, James Costos, junto a su pareja, el decorador Michael Smith, quiso rendir tributo al lugar del que ambos procedían cuando llegaron a España hace tres años.

Desde que Costos se hizo cargo de la Embajada, la celebración de la Fiesta Nacional de Estados Unidos, con motivo del 4 de julio, se parece muy poco a las de otros países y no sólo porque las corbatas prácticamente brillan por su ausencia y se impone un estilo menos formal

. Por tercer año consecutivo, cientos de invitados asistieron el pasado sábado en el Patio del Centro Cultural Conde Duque a una cuidada puesta en escena, que esta vez incluía, en sus decorados elementos del mundo del cine y la televisión que le son tan familiares al embajador. Lo primero que se encontraban los invitados, mientras escuchaban una muy buena actuación de «Wings of Dixie», una banda del Fuerza Aérea estadounidense, era una alfombra roja, una peculiar versión del Paseo de las Estrellas de Hollywood, en el que cada estrella llevaba el logo de una de las numerosas empresas que patrocinaron la celebración.

Entre los asistentes, además de un buen número de embajadores de otros países, algunas caras conocidas, como la de la Infanta Elena, enfundada en un vestido azul noche y una chaqueta blanca. En todo momento se la vio muy animada, charlando con otros invitados, como el actor Miguel Ángel Muñoz. Tampoco se perdieron la fiesta la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y su marido, Eduardo Leira; Konstantin de Bulgaria y su esposa, María García de la Rasilla; la diseñadora Ana Locking; la periodista Irene Villa y su marido, Juan Pablo Lauro; o el presentador de televisión Pepe Navarro.

Hubo un minuto de silencio por las víctimas del atentado de Orlando, y, tras ello, la presentación de las banderas de Estados Unidos y de España, junto con la interpretación de los himnos nacionales: el norteamericano, espectacularmente cantado, a capela, por Vanessa Williams. La estadounidense actuaría después de nuevo, tras el discurso del embajador, y antes de que lo hiciera David Bisbal, en lo que fue la gran sorpresa de la noche, porque no fue anunciado previamente.

James Costos, que excepto para proclamar al final «Viva España», pronunció todo su discurso en inglés -el texto en español fue distribuido a los asistentes-, aludió también a la reciente estancia en Madrid de Michelle Obama, sus hijas Malia y Sasha, y su madre Marian. De igual modo, se refirió a la visita que hará el propio Barack Obama próximamente a España, «uno de nuestros aliados más antiguos y próximos», y de la que dijo que será «un reconocimiento de los fuertes lazos que comparten nuestros países».

La intervención de Costos tuvo también un punto de emotividad, ya que, como él mismo apuntó, será último Día de la Independencia del presidente Obama en la Casa Blanca, pero también el último que él y su pareja celebrarán en la Embajada estadounidense en Madrid.

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