La gestión de Carlos Fitz-James Stuart al frente de la Casa de Alba
Cuando se cumplen tres años de la muerte de doña Cayetana, ABC repasa la labor del actual duque
Inmediatamente después de la muerte de doña Cayetana, la responsabilidad de su legado recaía sobre su primogénito, Carlos Juan Fitz-James Stuart Martínez de Irujo. «Carlos es conservador y protegerá el título», escribió la duquesa en su biografía, «Lo que la vida me ha enseñado». Ella siempre tuvo un gran interés en que el legado de la Casa de Alba se conservara y permaneciera unido. De ahí el motivo de que Carlos heredase todas las propiedades de la Casa, entre ellas el Palacio de Liria en Madrid; el Palacio de Monterrey en Salamanca y el Palacio de las Dueñas de Sevilla. Durante estos últimos tres años, el jefe de los Alba ha llevado a cabo un modelo de gestión más dinámico para el patrimonio de la Casa.
Una de sus primeras decisiones fue abrir la casa de Sevilla al público. Cuando murió doña Cayetana varios medios afirmaron que esta residencia se la había dejado en herencia a su nieto Fernando, duque de Huescar y primogénito de Carlos Alba. Sin embargo, ABC ha podido saber que el Palacio de las Dueñas también es propiedad de pleno dominio de don Carlos. Esta era sin duda una de las propiedades de la Casa de Alba que más apreciaba Doña Cayetana . Por eso, son muchos los eventos que se realizan en ella, el último lo organizó la revista «Pasarela». Además, el año pasado visitaron la casa más de 150.000 personas , que pagaron 8 euros por ver las principales estancias de la planta baja, los jardines y todas las obras de arte que hay en su interior, entre ellas el tapiz de Pannemaker que el duque mandó restaurar hace dos años. Dueñas se abre todos los días del año y el horario varía según las estaciones de verano e invierno.
El Palacio de Liria también se puede visitar de forma gratuita, pidiendo cita previa, los viernes por la mañana. Al ser la residencia habitual del duque, donde vive con sus hijos (Fernando Huescar y Carlos Osorno ) y también con su hermano Fernando Martínez de Irujo, en principio no parece que se vaya a ampliar el horario ni vayan a organizarse tantos eventos como en Dueñas. De hecho, en los últimos tres años solo se han realizado dos fiestas. Allí también se encuentran las oficinas desde donde se gestiona la Casa de Alba. «Don Carlos está realizando una labor muy importante en la gestión del patrimonio. Está rodeado por un buen equipo que le asesora muy bien», cuenta a este periódico una fuente cercana al Palacio de Liria. Y añade: «Durante estos últimos tres años ha ordenado cuadros y esculturas, ha pedido que se restaurasen algunas piezas y que se limpien otras. El trabajo en una casa como esta no acaba nunca».
En cuanto a la conservación de los edificios, Dueñas y Liria estaban en buen estado, a excepción de alguna gotera que se ha reparado. En el Palacio de Monterrey , en Salamanca, sí que se está llevando a cabo una obra para rehabilitar las fachadas sur y este, además del Torreón de esquina, en la Torre Central, así como toda la crestería. El próximo mes de febrero se abrirá al público.
Lo que no ha cambiado en la Casa de Alba ha sido el personal. A excepción de algunos empleados que se han jubilado, siguen trabajando los mismos que ya estaban con la duquesa. «Ahora hay más gente joven que nunca. De los más veteranos, alguno se jubilará el año que viene. El más joven es un mozo de comedor que no llega a los 30 años y que entró en sustitución de otro que se había jubilado». Todo el personal de la Casa forma parte de la familia Alba. «Es un ambiente muy agradable y cercano. Muchos de los que se han jubilado van a Liria para ver a Don Carlos». Pero hay una cosa que no ha cambiado durante estos tres últimos años: « Todos echan mucho de menos a doña Cayetana ».
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