Cuenta atrás para el «sí, quiero» de Ricky Martin y Jwan Josef

A pocas semanas de su cambio de estado civil, Ricky Martin ha comentado su intención de celebrar su boda con Jwan Yosef a lo grande: « Va a ser un gran evento. Quiero algo sólido», comentó el cantante a E! News, un canal estadounidense especializado en información del mundo del espectáculo.

«Me quiero casar en Puerto Rico. Eso es algo que tiene que suceder. Es de donde soy, de donde es mi familia es. Él es de Suecia y algunos de sus parientes son de Siria por lo que vamos a hacer algo internacional. Veremos qué pasa», añadió la estrella latina. Eso sí, la estrella latina no revela cuándo se llevará a cabo esta unión, después de verse obligado a retrasarlo debido a sus compromisos profesionales.

El compositor de 45 años confesó al medio de comunicación lo complicado que es la organización de un enlace, sobre todo de la magnitud del que prepara para celebrar su unión con el pintor sirio. Evento que tendrá lugar en pocas semanas, una vez que el polifacético artista puertorriqueño finalice su residencia en el Teatro Park del casino Monte Carlo de Las Vegas, donde actuará hasta principios de julio, para regresar con n uevas actuaciones en septiembre.

Por otro lado, el artista reconoció que organizar un evento de ese estilo trae consigo mucho trabajo. «Estamos hablando de boda pero nadie me había dicho que era tan complicado montar un evento como el que queremos tener. Es difícil, no sabía que era tan complicado», agregó.

Yosef, de 32 años, y Martin, que tiene dos hijos nacidos por un proceso de maternidad subrogada, se comprometieron a finales del año pasado. El cantante aseguró que todas las decisiones que adopta en su vida están basadas en la existencia de Valentino y Mateo, de ocho años. «Mis hijos son muy felices y eso quiere decir que estamos haciendo un buen trabajo», agregó.

Hace poco más de 24 horas, Jwan Yosef saltó a los medios por compartir en su cuenta de Instagram una polémica obra de Cary Kwok, en la que aparece un sacerdote practicando una masturbación. Muchos de sus 200.000 se han sentido ofendidos y así se lo han transmitido a través de sus comentarios: «Grosero»; «Es una falta de respeto»; y «Desagradable» fueron algunos de los calificativos que dejaron los usuarios. Sin embargo, fueron muchos también los que alabaron la obra del dibujante chino, afincado en Londres.