Una empresa de cremas usurpa la imagen de Brigitte Macron

La primera dama denuncia a Beauty & Truth Story por usar su identidad para vender cosméticos antiarrugas

Juan Pedro Quiñonero

A sus 65 años recién cumplidos, Brigitte Macron hace soñar con la eterna juventud. Eso sí, de manera involuntaria. Una empresa de venta de cosméticos por correspondencia, especializada en cremas antiarrugas, ha usurpado su imagen para intentar relanzar sus productos.

El grupo , con sucursales postales en Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y España, y un centro de distribución en Larnaca (Chipre), ha usado la imagen personal de la esposa del presidente de la República Emmanuel Macron para «glosar» y «promover» la imagen de sus productos con aparente éxito, hasta que varias usuarias de cierta edad han descubierto el engaño. Brigitte Macron, que ha montado en cólera, ya puesto el caso en manos de sus abogados para denunciar a la empresa.

Beauty & Truth Story tiene una amplia gama de cosméticos, entre los que destacan los productos antiarrugas, con precios que oscilan entre los 70 y los 300 euros, según el tamaño del «tarrito mágico» y la importancia del pedido.

La empresa trabaja exclusivamente mediante envíos postales, ofreciendo un servicio de atención a la clientela en inglés, francés y español.

Brigitte junto a su esposo, Emmanuel Macron GTRES

Imaginativa, la campaña publicitaria de Beauty & Truth Story incluía numerosos artículos de prensa, auténticamente falsos . Entre esa documentación se incluía presunta «información» atribuyendo a Brigitte Macron el uso de los productos de la casa, con una alegre impunidad.

La modesta y crédula usuaria de cremas antiarrugas podía llegar a creer que la esposa de Macron se había convertido en algo así como la maniquí estrella de una marca de cosméticos de gama alta , difundidos a escala internacional con un éxito fulgurante.

El fraude ha durado varios meses, hasta que varias clientas tuvieron problemas de pago y recepción de los productos enviados desde Chipre. Una de ellas, de 68 años, entrevistada por «Le Parisien», comenta: «La verdad sea dicha… me pareció una publicidad simpática, y no me pareció nada extraño que Brigitte Macron patrocinase una marca que, pensé, era una marca francesa. Cuando intenté devolver un producto que no correspondía a mi pedido, tuve muchas dificultades para conseguir hablar con alguien… entonces c omprendí que había sido víctima de una estafa , y me apresuré a informar a la presidencia de la República». Irritada, Brigitte Macron exige «firmeza y discreción».

Víctima del mismo delito

No es la primera vez que la esposa del jefe del Estado es víctima del presunto delito de usurpación de personalidad. Hace meses, el pasado marzo, un grupo de restaurantes y hoteles pedía a sus proveedores cierto tipo de ventajas, presentándose como miembros del gabinete personal de la primera dama de Francia . Aquel primer escándalo se enterró sin pena ni gloria, como Brigitte Macron espera poder enterrar con rapidez el nuevo escándalo del uso abusivo e ilegal de su imagen personal para intentar vender cremas antiarrugas, que ella solo usa, ocasionalmente, con marcas de reconocido prestigio que no usan ni abusan de su imagen.

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