La capital del Reino Unido es territorio «amigo» para la familia Aznar. En la imagen, Ana y Alonso paseando con la alcaldesa madrileña en 2011
La capital del Reino Unido es territorio «amigo» para la familia Aznar. En la imagen, Ana y Alonso paseando con la alcaldesa madrileña en 2011 - gtres

Ana Botella pasará una temporada en Londres cuando deje la Alcaldía

Vivirá unos meses en la ciudad del Támesis para estar más cerca de Ana y Alonso Aznar, y disfrutar de sus nietos. Proyecta volver a escribir y no descarta publicar un libro de memorias

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuando el pasado 9 de septiembre Ana Botella anunció, en un acto sin turno de preguntas, que renunciaba a presentarse a las elecciones municipales del 24 de mayo, fueron muchos los que respiraron tranquilos. Durante meses no había más que inquietud ante los resultados de las encuestas, que eran muy negativas para la alcaldesa y que pronosticaban un panorama dudoso. Los números jugaban en su contra, así que en el verano de 2014 tomó su decisión de retirarse. A Mariano Rajoy, sin embargo, se lo comunicó días antes del anuncio oficial.

Desde aquel momento, Botella dejó de ser un problema para algunos y pudo seguir con su cometido como primera regidora de la capital de España, sin la presión de quienes querían su salida y con la tranquilidad de saber que las cuentas del ayuntamiento se quedaban mejoradas.

La tragedia del Madrid-Arena y el hecho de suceder a Alberto Ruiz-Gallardón sin haberse sometido al escrutinio de las urnas eran mochilas demasiado pesadas.

Con otro ánimo

Ahora, cuando la clase política vive un auténtico terremoto con la aparición de nuevos partidos, estrellas mediáticas devenidas en candidatos y cierta histeria colectiva ante los cambios que podrían producirse, el ánimo de Ana Botella es muy diferente: se encuentra en la recta final de su mandato y cerrando sus últimos proyectos, que quiere dejar avanzados.

La pregunta que más le hacen a la todavía alcaldesa de Madrid es qué será de su vida en los próximos meses. ¿Le quedan ganas de seguir afrontando retos políticos? Hace unos días, durante la entrega del premio de Poesía de la Fundación Loewe, la esposa de José María Aznar me aseguró que, a sus 62 años no tiene intención alguna de tomarse un año sabático. «Con esta edad, eso yo no lo concibo», explica. Sin embargo, sí confirma que hasta después del verano no pensará en proyectos laborales. «Dos de mis hijos y cuatro nietos residen en Londres, así que tengo muchas ganas de pasar más tiempo con ellos», asegura.

Además, Botella aprovechará para echar una mano a su hija Ana y a su yerno, Alejandro Agag, quienes van a emprender una nueva mudanza en la misma capital británica. También disfrutará de unos nietos a los que sólo ve con más frecuencia durante los meses de verano, cuando los Agag-Aznar se instalan en Marbella con los abuelos. «Hasta el próximo verano me tomaré un tiempo para organizarme y pensar en todo lo que voy a hacer. A la vuelta de vacaciones quiero trabajar, aunque no en un cargo político», comenta Botella.

Los retoños del presidente

Pero en Londres no sólo está Ana. Allí también trabaja el pequeño de los Aznar, Alonso, el único soltero de la familia. El benjamín, licenciado en Administración y Dirección de Empresas por el prestigioso Centro Universitario de Estudios Financieros (Cunef), reside en la ciudad del Támesis desde 2011 y ha trabajado en grandes corporaciones financieras, como el Citibank y el fondo de capital de riesgo Rhone Group L. L.

El mayor de los hijos de la alcaldesa es el único que sigue instalado en Madrid. José María Jr. y su mujer, la diseñadora Mónica Abascal, son padres de una niña y un niño. El menos mediático de la familia, José María es consejero de varias empresas y se dedica, principalmente, a la asesoría financiera e inmobiliaria.

El tiempo es un bien que la matriarca del clan Aznar-Botella podrá empezar a manejar y distribuir a su antojo. Se librará de una agenda abarrotada, que hasta ahora le ha impedido acompañar a José María Aznar en los muchos desplazamientos que realiza como conferenciante. «Hasta ahora no podía ir con él en sus viajes por falta de tiempo. En el futuro será distinto», añade la alcaldesa. Satisfecha con su gestión, asegura que está muy contenta «porque hemos podido sanear la deuda». Y reitera que no piensa tirar la toalla de la vida laboral por muy lejos que esté del Ayuntamiento de Madrid.

Proyectos editoriales

Pero ¿hacia dónde pueden ir sus pasos? En un momento como el actual, cuando el trabajo escasea, y más para una persona de 62 años, no se descarta que siga el camino de su marido y se lance al mundo editorial. Lo hizo años atrás con un recopilatorio de sus cuentos favoritos, titulado «Érase una vez los mejores cuentos infantiles comentados», donde la política firmaba un comentario al final de cada narración. Seguramente, las mismas conclusiones y los mismos relatos que tantas veces ha leído a sus nietos y que ahora podrá releer sin agobios ni prisas, y ejerciendo su papel de abuela de manera plena.

Lo que su entorno opina es que, de lanzarse al mundo editorial, no sería para más cuentos, sino como protagonista y testigo excepcional de una vida que no está al alcance de todo el mundo. Esposa de un presidente de Gobierno y, después, alcaldesa de la capital de España: son suficientes argumentos como para que cualquier editorial apueste por su testimonio.

Botella aún no ha tomado la decisión de publicar su libro de memorias, ni mucho menos, pero es una opción más en el abanico de posibilidades que en breve se abrirán para la nueva etapa que va a comenzar.

Ver los comentarios