El Ayuntamiento de Madrid impulsa ayudas para la industria reconvertida a causa del Covid-19

El Área de Economía lanza una línea de subvenciones para compensar las inversiones realizadas por las empresas para frenar la pandemia

Las instalaciones de JPG donde reparan carros blindados ABC

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La alianza de dos industrias madrileñas que nada tenían que ver en entre sí logró fabricar 5.000 respiradores en apenas ocho semanas. Hershill, ubicada en Móstoles, aportó su experiencia en el diseño de estos aparatos vitales para miles de enfermos del Covid-19 ; y Escribano M&E, una ingeniería especializada en sistemas innovadores de defensa con sede en Alcalá de Henares, aportó su potencial para elaborar el 80% de la producción. En el Grupo JPG, localizados en Villaverde, además de fabricar repuestos para los vehículos de la UME, unieron fuerzas con Tapicerías Rodelgo para elaborar escudos imprescindibles para los sanitarios . En vez de fabricar los toldos o los revestimientos de los asientos de los carros blindados del Ejército se enfocaron en una misión no menos importante: la confección de centenares de batas de protección para el personal de la Fundación Jiménez Díaz.

Son decenas de industrias las que durante este mes y medio han utilizado su ingenio para transformar sus manufacturas y enfocarlas a combatir la pandemia. Por ello, el Ayuntamiento de Madrid ha lanzado una convocatoria de ayudas para compensar a estas empresas que han realizado esfuerzo e inversiones para reconvertir su producción con el objetivo de salvar vidas. Dotado con un fondo inicial de 600.000 euros , «se podrán subvencionar las adquisiciones de maquinaria para fabricación de Equipos de Protección Individual (EPI) homologados para su puesta en el mercado, respiradores, hidroalcoholes, mascarillas, guantes, protección ocular y facial», explicó a ABC el delegado de Economía e Innovación, Miguel Ángel Redondo (Cs) . El periodo para presentar proyectos comenzó el pasado 1 de mayo y se prolongará hasta final de junio.

Esta subvención también cubrirá los gastos en la fabricación e implementación de sistemas inteligentes; «software» relacionado con aplicaciones de gestión del sistema productivo, logístico o comercial; plataformas colaborativas; soluciones de inteligencia y control; tecnologías de comunicación, computación y «cloud»; ciberseguridad; realidad virtual e impresión 3D o robótica. Es decir, cualquier adquisición que acerque a la empresa hacia la industria 4.0 .

Mapa de la «positividad»

Con ese espíritu emprendedor que caracteriza a gran parte de la industria madrileña, casi desde el primer día de la crisis muchas empresas se volcaron para aportar sus conocimientos y servicios en el principal problema que se detectó: la falta de equipos de protección para los sanitarios y respiradores para las UCI . Unos tenían la maquinaria disponible y otros, la materia prima. Pedro J. Carrillo, consejero delegado del Grupo Metalia, fue quien unió muchos de esos puntos. «Trabajamos mucho con la industria y muchas empresas querían contactar con alguien que les diera material para fabricarlo o me llamaban para saber si a los hospitales les interesaba lo que estaban haciendo. En unos días conectamos unas 30 personas», cuenta a ABC.

Al ver que los ofrecimientos iban en aumento, Carrillo tocó la puerta de la Concejalía de Economía para que le ayudaran a potenciar lo que él llama «el mapa de la positividad». « Hicimos un mapa para mostrar cómo puede ayudar cada empresa . Estaba cansado de ver los puntos rojos de contagio y queríamos crear este mapa de positivismo», expresa el empresario, que considera que puede ser una herramienta útil para el futuro. «Si tenemos industrias que hacen EPI y respiradores, podemos comprarles a ellos. Si hay un rebrote, podríamos autoabastecernos y esta herramienta facilitaría encontrarlos con sencillez», añade.

En apenas diez días en funcionamiento, el mapa ya aúna 91 proyectos, de los que 46 están ubicados en Madrid . En el futuro, en el Área de Economía creen que esta herramienta podría convertirse en un nuevo clúster industrial, una plataforma de trabajo donde puedan compartir contactos, experiencias y establecer sinergias.

En el caso de Antonio Molina, director general de JPG, la cadena comenzó con la llamada de un familiar que le advirtió de la precariedad con la que estaban trabajando los sanitarios de la Fundación Jiménez Díaz. A continuación, se puso en contacto con uno de sus proveedores, Manuel Rodelgo, propietario de Rodelgo Tapicerías. Gracias a su colaboración ambas empresas enviaron dos millares de batas al hospital madrileño.

Una de las batas confeccionadas por JPG ABC

«Al decretarse el estado de alarma, continuamos trabajando sólo para reparar los vehículos de Defensa y para fabricar los repuestos que necesitara Renfe. El resto del tiempo lo hemos dedicado a las batas . Empezamos con ocho al día y ahora somos capaces de hacer cien», indica Molina, que tuvo que readaptar todo el funcionamiento de la fábrica para atender las necesidades urgentes de los dos clientes.

Acostumbrados a confeccionar tejidos para grandes embarcaciones o para estos carros de combate, Rodelgo no dudó un instante en cambiar esas telas gruesas por las capas de los sanitarios. «Hacer batas es totalmente distinto, pero nos adaptamos a lo que sea. Seguiremos ayudando hasta que sea necesario », asegura. «En España tenemos estructuras, maquinaria, profesionales y compromiso, pero creo que no explotamos todo el potencial que hay», considera Rodelgo, que espera que se aprenda de los errores de esta crisis y que podamos anticiparnos sin que sea necesario volver a demostrar la solidaridad de todos.

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