Jesús Vázquez: «La oferta para una gran coalición en Ourense está encima de la mesa»

La agenda no para. Apenas tiene una hora entre acto y acto para hablar con ABC de su primer año de gobierno municipal, marcado por una mayoría simple que, contra lo que pudiera pensarse, ha conseguido proyectos para la ciudad.

—El 26-J fue el alcalde con mejor porcentaje urbano de Galicia y la mejor marca del PP en una ciudad. ¿Refrenda su gestión?

—Creo que hay una relación muy directa, pero no quisiera plantearlo así. No obstante, la ciudadanía ha respondido muy bien. En poco más de un año subimos diez puntos respecto a las municipales, y ya subimos cinco en diciembre. Esto desmonta el argumentario de que existe un voto cautivo en el rural. Ourense es urbana y ahí están los resultados.

Ganó la moderación.

—¿Qué le dice la calle?

—Tenemos una respuesta muy buena, tanto mi gestión como la de mi equipo. Lo vivimos estos días en las fiestas o con las iniciativas innovadoras en este año. La gente ve un cambio de modelo, otra forma de hacer las cosas, y lo recibe en positivo. Nuestro reto es que se visualicen los logros de este primer año para consolidar al gobierno.

—¿Logros como cuáles?

—El principal, devolverle la normalidad al Concello, después de todo lo sucedido. Esto estaba en la UVI, no por una mala situación económica, sino por la parálisis y la ineficiencia. Eso ha cambiado gracias a la cooperación de cuatro administraciones, acuerdos que han significado una inversión superior a 35 millones de euros. Y hablamos desde el incremento en la dependencia para cubrir todos los niveles, hasta proyectos en desarrollo como la construcción del centro intergeneracional, el primer centro público para discapacitados mayores de 21 años, el Campus Agua, el albergue del Casco Antiguo, la biblioteca pública y el archivo histórico provincial, las obras del Puente Romano y el del Milenio... Necesitaríamos muchas horas.

—Alcalde, enumera todo esto pero la oposición le acusa de que el Concello está paralizado.

—Eso es lo que no entiende la ciudad. Todo esto se va a materializar y los vecinos lo van a ver en marcha. Algunas son demandas planteadas desde hace lustros, como el transporte metropolitano, que llevaba veinte años esperando. En solo un año, este alcalde y el resto de administraciones conseguimos un acuerdo que permitirá ahorros de hasta 600 euros anuales para cada usuario. Por encima de los intereses políticos está la ciudad. Yo lo tengo claro.

—¿Se ha conseguido desjudicializar la vida política municipal?

—De momento sí, pero no ha sido un logro mío, sino de toda la ciudad. Una denuncia cuando se produce una situación que vulnera la ley está justificada. Lo que no se puede es denunciar sabiendo que no se tiene razón con la simple intención de paralizar algo o generar inestabilidad. No se pueden llevar por la vía penal denuncias que los jueces luego archivan porque carecen de fundamento. Aquí, para destruir la imagen del concello y paralizarlo, se iba a la justicia. Eso es maldad.

—¿Ourense va a tener presupuesto?

—Trabajamos en ello. Ya podríamos tenerlo si no tuviéramos una piedra en el camino como es adaptar la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) a la normativa autonómica de 2015, algo que debería haber estado hecho y no lo estaba. En cualquier caso, si muy avanzado este año no conseguimos sacar adelante los presupuestos, optaríamos por trabajar ya en el proyecto para 2017. La ciudad se vería más favorecida.

—¿Cómo se gobierna con la amenaza permanente de la moción de censura?

—Hablo por mí: como si no existiera. No por soberbia, pero no podemos estar pendientes si pierdo o gano. Tenemos que hacer aquello en lo que creemos y por lo que nos votaron los vecinos, con la frente alta. Si en el camino hay amenazas de mociones de censura, cada uno es muy libre de presentarlas. Pero la ciudadanía no lo entendería. La ciudad no está paralizada, estamos consiguiendo logros históricos y tenemos retos pendientes como el PXOM, vital para el concello. Me duele más que se acuda a la moción a modo de farol para generar incertidumbre. Eso daña a la ciudad.

—¿Cómo vivió la reprobación?

—Bien, dentro de lo que cabe. Conociendo a la oposición, era algo que podía esperarse. No me extrañó de un partido, sí de otro, porque sus concejales sabían que la reprobación no era justa. Del otro grupo político no me extraña nada.

—¿Cómo se convive día a día con el populismo en el Concello?

—Más que populistas yo diría que son abiertamente contradictorios. Prometen una cosa pero luego defienden la contraria, y encima te reprochan que son los únicos con principios. El problema es quién les compra el mensaje. Contradicciones e incumplimientos, muchos. En Ourense ya nos conocemos todos.

—¿Se considera afortunado por ser el único candidato del PP en Galicia que ganó las elecciones municipales y al que el PSOE dejó gobernar?

—Me considero feliz, ilusionado, contento por gestionar la ciudad a la que quiero y en la que vivo. Me veo con motivos para seguir haciendo cosas y me iré satisfecho de la alcaldía si entrego un Ourense mejor del que me encontré al llegar. Y hoy creo que es así. ¿Afortunado? (Risas) Va por días. Si que te agredan o te insulten por la calle es ser afortunado, no lo sé.

—¿Por qué no denunció a su agresor?

—Hay momentos en que dudas. A veces las personas actúan sin que su cabeza sepa realmente qué está haciendo por diferentes circunstancias. Si supiera que me agredía por mi condición política, siendo consciente de lo que hacía, habría denunciado. Pero no era el caso. Había otros factores.

—¿Para cuándo el Plan General?

—Me gustaría que para pronto, y dada su importancia y la complejidad de su tramitación, no nos referimos a días ni semanas. Aún estamos esperando algunos informes. Pero quisiera llegar a un acuerdo pronto con la oposición.

—¿Qué puntos de fricción hay con el resto de grupos en el Plan?

—Me gustaría saberlos. Este es el Plan que se aprobó inicialmente con el anterior gobierno socialista, al que se le han incorporado sugerencias de la ciudadanía, asociaciones y colectivos de la ciudad.

—Rajoy insiste en la «gran coalición» con el PSOE. ¿Usted la vería útil aquí en el Concello?

—Es una oferta que está siempre encima de la mesa. Tengo relación con el portavoz del PSOE de muchos años de trabajo compartiendo facultad. Y los dos partidos tenemos muchos puntos en común. La ciudadanía no entiende que, habiendo esas coincidencias, parezca luego que en todo hay disonancia, contradicciones y ataques. Si hubiese una mayoría en Ourense, que crea que tiene un proyecto, sería bueno para la ciudad. Lo que no se puede es cerrar las puertas al progreso. O ayudas, o te apartas.

—Al final Ourense tendrá estación del AVE...

—Tendrá estación, será intermodal y la diseñará Norman Foster. No será la que inicialmente se preveía porque aquella no pasó nunca del power point. Faltaba el acuerdo con Fomento. Ni siquiera había nada firmado con Foster. Ahora hay un convenio marco que une a tres administraciones, con un proyecto en marcha para ser presentado en 18 meses. Hoy hay firmas, compromisos adquiridos. No hay vuelta atrás. Hace cuatro años había discrepancias y negativas. Por costar menos no va a ser un proyecto peor.