Ferreiro, Noriega y Suárez plantan a Villares en el plenario de En Marea
La confluencia afronta dividida el debate sobre su papel en las elecciones municipales
EnMarea volverá a mostrarse en público como un partido dividido. El plenario que la confluencia celebrará este sábado en Compostela no contará con la participación de los alcaldes populistas de La Coruña, Santiago y Ferrol; más centrados en atender las agendas de sus respectivas ciudades que en fortalecer el proyecto que ellos mismos llamaron a impulsar, en verano de 2016.
Será una ausencia cargada de significado. Por un lado, Xulio Ferreiro, Martiño Noriega y Jorge Suárez dejarán solo a Luís Villares, y volverán a demostrar que la sintonía entre los cargos más relevantes del rupturismo y el líder de En Marea tiende a la baja. Y por otro, el partido instrumental debatirá en su asamblea qué papel quiere interpretar en las elecciones municipales de 2019. La cúpula quiere ser protagonista: ayudar en la elaboración de programas o forzar a la celebración de primarias. Pero las mareas locales ponen distancia: la prefieren como un mero actor de reparto.
Ayer, en la presentación del plenario, los portavoces de la confluencia optaron por restar importancia al sonoro plantón de los «alcaldes del cambio», bajo la premisa de que En Marea es una organización de «adscripción individual», y amalgamando la representatividad de Ferreiro, Suárez y Noriega a la de un militante sin galones.
«Creo que no es una cuestión de que tenga más valor la participación de unos que de otros, aunque quede claro que estaríamos encantados de que ellos, otros alcaldes y concejales hiciesen sus aportaciones y ayuden a construir» , resumió la viceportavoz de En Marea, Ana Seijas, a preguntas de la prensa.
Las explicaciones dadas ayer por los regidores incidieron todas en la misma línea. Ferreiro se excusó alegando que en La Coruña «ya hay bastante tomate» y «cosas que atender»; y Noriega reconoció estar «absolutamente centrado» en sus obligaciones como jefe del gobierno local de Santiago: «Únicamente uno debe participar en los lugares cuando cree que debe de aportar algo» , subrayó. Ambos ya se habían ausentado del último plenario celebrado en julio.
Más autonomía municipal...
El alcalde compostelano no tomará partido en el encuentro, pero sí lo hará su entorno más próximo. Algunos de los concejales de su equipo y su propio jefe de gabinete registraron una enmienda que busca frenar el intervencionismo de En Marea con respecto a las plataformas municipalistas.
Se trata en realidad de un choque de perspectivas. La dirección encabezada por Villares someterá al plenario una hoja de ruta en la que ofrece a las mareas locales todos los recursos «materiales, logísticos, jurídicos y de contenidos» para preparar los comicios del 2019. Es decir: En Marea pretende actuar de «paraguas» de las candidaturas, a quienes intenta imponer —dentro de un protocolo bilateral— la organización de primarias para escoger a los candidatos, la elaboración de un programa común de mínimos o compartir el código ético de la formación.
Los fieles a Noriega, sin embargo, lo rechazan. Y es sabido que tanto la agrupación de Ferreiro, Marea Atlántica, como otros células consolidadas, caso de Ourense en Común, comparten el mismo criterio. En la enmienda presentada, denuncian que todas esas condiciones «pueden limitar la autonomía» de las formaciones municipales y proponen , por el contrario, la creación de un «banco de ideas» para homogeneizar las líneas programáticas de cada plataforma.
...y menos en Madrid
El plenario, por lo demás, también reservará otros momentos de expectación, como el debate sobre el control del grupo parlamentario de En Marea en el Congreso . La cúpula de la confluencia defenderá que sus cinco diputados en Madrid dejen de volar por libre y se ajusten a «los criterios y pautas» que marque Santiago.
«El grupo no podrá decidir por su cuenta ni limitarse a informar a la dirección política de En Marea , sino que tendrá que proceder a la consulta previa», reza el documento oficial, que plantea además que todo lo que no sea obedecer al equipo de Villares podrá suponer la «revocación» de su acta parlamentaria.
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