Las entradas cristianas han recorrido este viernes el cento de la ciudad
Las entradas cristianas han recorrido este viernes el cento de la ciudad - EFE
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Moros y Cristianos de Alcoy: una batalla de fantasía

La ciudad alicantina rememora la Reconquista del siglo XIII con sus fiestas de Interés Turístico Internacional

ALCOY Actualizado: Guardar
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Ojalá todos los conflictos armados se resolvieran como en Alcoy, donde cada año a mediados de abril se dan cita más de 20.000 espectadores para contemplar las Entradas de Moros y Cristianos, una recreación histórica de aquellas batallas de los tiempos de la Reconquista. Porque en este caso la rivalidad entre ambos bandos en las calles de la ciudad no tiene que ver con quién domina el castillo, sino con quién luce con más elegancia su atuendo.

Del programa, que tiene tres días -la Trilogía Festera- centrales más algunos actos previos y posteriores, además de los preparativos y un goteo de actividad de los 28 grupos («filaes») el resto del año, son imprescindibles las Entradas. Estas peculiares tropas desfilan en formación como «escuadras» con el traje oficial, reconocible por los seguidores de otros años, o también ataviados con trajes especiales e inéditos confeccionados para la ocasión, más de 10.000 almas.

En cada edición, por turno rotatorio hay una Capitanía y Alferecía por bando, que presentan sus huestes con un boato para la ocasión en el que buscan un mayor protagonismo y, con ideas relacionadas con su idiosincrasia (Berberiscos, Cides, Vascos, Chano, Abencerrajes o Mudéjares, entre otros), se acompañan de carrozas, exhibiciones con caballos, camellos, bailarinas, músicos interpretando con instrumentos tradicionales como la dulzaina o los timbales. Precisamente el arte sonoro representa un ingrediente esencial de estas celebraciones, con unas 60 bandas amenizando el paso de las 28 «filaes», venidas de municipios de todo el arco mediterráneo. El arraigo de estos festejos, que tienen en Alcoy su epicentro pero se viven en alrededor de un centenar de poblaciones, ha propiciado incluso un género musical específico, las marchas moras y cristianas, con composiciones creadas para estos eventos.

Los boatos han llenado de colorido la calle de San Nicolás
Los boatos han llenado de colorido la calle de San Nicolás - EFE

Además de las Entradas, el visitante que quiera saciar su curiosidad sobre el contenido histórico de los Moros y Cristianos puede disfrutar de la Estafeta y Embajada, un enfrentamiento dialéctico para tratar de evitar dirimir sus diferencias con las armas. Aunque finalmente el dominio se decide a tiros, de arcabuces y trabucos, durante el Alardo.

«La tradición marca la fecha del 23 de abril de 1276 como el inicio del patronazgo de San Jorge para los alcoyanos, por su milagrosa intervención, según narraban nuestros antepasados, en la defensa de Alcoy del ataque musulmán de Al-Azraq». Así resumen el origen de esta fiesta desde la Asociación San Jorge sus organizadores.

Aparte de la renovación de los boatos y los trajes especiales, este año la novedad está en la Retreta nocturna, que había decaído en los últimos tiempos y ahora se ha potenciado al sufragarse los regalos que se reparten con fondos municipales. No hace falta describir el ambiente nocturno en las calles y en los locales donde estos singulares «guerreros» comparten las horas de reposo entre desfiles, procesión, diana y resto de actos festeros.

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