València en Comú: un partido roto por la guerra interna en el ecuador de la legislatura

«València en Comú debe continuar», afirmaban ayer desde Podemos después de que su hasta ahora portavoz en el Ayuntamiento de la ciudad, Jordi Peris, dimitiera afirmando que el proyecto «ha fracasado» justo cuando se cumple el ecuador de la legislatura. El edil se marchaba con duras críticas hacia la plataforma en un relato de alusión a las formas de la vieja política: «Intrigas, deslealtades y luchas internas por el poder».

Dejando la puerta abierta a volver a la política -lo que algunos interpretan como que en las próximas elecciones podría integrarse en listas de Compromís-, se despidió con agradecimientos únicamente hacia Joan Ribó, los ediles de la coalición y la primera teniente de alcalde, Sandra Gómez. Admitió la fría relación con sus compañeros en el Consistorio, María Oliver -quien ahora le sustituirá como portavoz- y Berto Jaramillo.

También que esperaba que la Asamblea Reconstituyente del pasado marzo «sentara las bases para un nuevo funcionamiento más constructivo, con capacidad de dialogar a pesar de las discrepancias», lo que en su opinión «no ha sido así». En ese encuentro se apostó por que València en Comú siguiera siendo una plataforma municipalista sin integrarse en Podemos .

La Asamblea tenía que servir para curar heridas, pero el partido instrumental de la formación morada en la ciudad no ha dejado de vivir guerras internas. La última se produjo tras los cruces de acusaciones al trascender que el gerente de las Naves, Rafael Monterde -persona de confianza de Peris- había asesorado a la trama de Cooperación que acabó con el exconseller Rafael Baslco en la cárcel. La corriente Més en Comú, liderada por el ex de Esquerra Unida Manuel Colomer, no dudó en responsabilizar públicamente al hasta ahora portavoz de la plataforma e incluso al secretario general de Podem València, Jaime Paulino, de la situación generada.

Las críticas a Peris (independiente, a diferencia de Oliver o Jaramillo que sí pertenecen a Podemos) vienen de lejos. Los supuestos casos de enchufismo en la Fundación Inndea, que él controlaba -y también dirigida por Monterde-, supusieron un enfrentamiento en València en Comú, cuya dirección le pidió explicaciones.

Otra de las discrepancias vino por el reparto del excedente de los sueldos que concejales y asesores debían entregar al partido. Peris y Jaramillo se negaron a que se dedicaran a este fin alegando que no se encontraba así reflejado en el código ético.

Este último edil también protagonizó una polémica por querer destituir a dos de sus asesoras por falta de confianza, a lo que el partido le tuvo que recordar que a este personal lo elige y lo quita el plenario. Una de ellas, Neus Fábregas, es precisamente la que ahora entraría como concejal tras la marcha de Peris si finalmente acepta el acta.

«Tal vez estemos asumiendo todavía el coste de la inexperiencia, pero tenemos que seguir adelante y llegar a acuerdos», señalan desde Podem València. A dos años de las próximas elecciones, donde la formación ya se podrá presentar con la marca propia y no bajo el paraguas de una plataforma, una de las decisiones clave de los próximos meses será si concurrirá en solitario o con una coalición.