G. L. G.
OCIO

Rutas senderistas para conocer a fondo la provincia de Valencia

Escapadas para disfrutar a pie de las espectaculares postales paisajísticas del interior

VALENCIA Actualizado: Guardar
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  1. Cumbres de Calicanto

    G. L. G.

    En los montes que rodean la urbanización de Calicanto, en el término municipal de Godelleta, se esconden muchos caminos por los que disfrutar del aire puro y la naturaleza. Con paisajes selváticos y hasta algunas pequeñas cascadas que terminan en pozas que admiten baños, es un paraje menos conocido para este arte pero con poco o nada que envidiar a otros de la provincia.

    La zona esconde, incluso, algunos antiguos refugios de la Guerra Civil que todavía conservan su estructura original. Además de zonas con gran densidad boscosa y caminos cargados de encanto, varios barrancos delimitan un perímetro al que puede accederse en coche antes de aparcar y emprender la caminata.

  2. El Saler-Albufera

    G. L. G.

    Uno de los parajes naturales imprescindibles en la provincia de Valencia. Este enclave, sitiado por las llamas verano tras verano, es en su estado salvaje uno de los que mejor conjuga lo mejor que la naturaleza puede ofrecer en estas latitudes. Densos bosques, suelo arenisco, cercanía del mar y, por supuesto, la mágica Albufera.

    El camino desde el casco urbano de Valencia es sencillo y llano, y en pocas horas cualquier persona podrá pasar de ver la Ciudad de las Artes y las Ciencias a surcar los juncos en una balsa de remo a través de las aguas de la Albufera. Además, al otro lado de la carretera que atraviesa el parque natural, se encuentra la laguna de «La Sanxa», romántico enclave muy concurrido en atardeceres y noches ideal para hacer un picnic o, simplemente, evadirse del bullicio urbano.

  3. Sierra de Enguera

    A. G.

    Un paraje no demasiado conocido pero con una belleza excepcional. La sierra de Enguera, rodeando el municipio que le da nombre, es -además de una vía de escape para muchos maquis durante la Guerra Civil- un lugar muy valorado por amantes de las rutas senderistas o en bicicleta.

    El paraje reúne a muchos pastores y peregrinos de romerías que toman el antiguo Caserío de Benali -ahora convertido en casa rural- como punto de partida, y que se encaminan en dirección al Río Grande, que ha olvidado los tiempos en los que hacia honor a su nombre y es poco más que un ancho camino de grava que sortea un escueto hilo de agua pero permite disfrutar del paisaje a pie de cauce. El camino en coche desde Valencia, de alrededor de una hora, podrá hacer paradas en el también encantador lago de Anna o en cualquiera de los puertos de montaña y miradores que permiten detenerse a contemplar las vistas.

  4. Hoces del Cabriel

    Venta del Moro, punto de partida para los senderistas que recorren las Hoces
    Venta del Moro, punto de partida para los senderistas que recorren las Hoces - ROBER SOLSONA

    Reducir las posibilidades de las Hoces del Cabriel al senderismo sería de una simplificación imperdonable. Pese a ello, este parque natural, frontera salvaje entre Castilla-La Mancha y la provincia de Valencia, es uno de los mejores lugares en los que perderse para disfrutar de la naturaleza en su estado más puro, ya sea con las botas de montaña, a lomos de una bicicleta o incluso en un kayak a través del río.

    Además de una gran oferta para realizar turismo rural y dormir en cualquiera de los albergues o cabañas del lugar, muchas vías jalonan el valle del Cabriel y permiten disfrutar de un camino de color verde intenso, con una humedad que hace del lugar algo reconocible para los valencianos de pro y con uno de los ríos más limpios del continente europeo.

  5. Chulilla

    Foto: www.3enruta.com

    Una zona con algunas de las postales más espectaculares de la provincia de Valencia. Poco exigente para las piernas, apta casi para cualquier miembro de la familia pero con un único requisito: no tener vértigo. En el término municipal de Chulilla, en la comarca de los Serranos, algunos espectaculares puentes atraviesan parajes de montaña dejando bellas estampas no aptas para quienes tengan miedo a las alturas.

    Los caminos, eso sí, son anchos y seguros. Pese a todo, las alturas podrán hacer arrepentirse en mitad de un puente a más de uno. Entre cada una de las pasarelas, senderos que recorren las laderas de los peñones, auténticas paredes de piedra con caminos que llegan a riachuelos y, en un momento concreto, hasta el embalse de Loriguilla.

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