Ciencia y responsabilidad social para una sociedad más justa

La ceremonia de entrega de los Premios Jaime I volvió a poner en evidencia la necesidad de que redoblar la apuesta por la inversión científica, tanto desde la Administración pública como por parte del capital privado. La investigación, la innovación y el emprendedurismo que distinguen los Jaime I desde hace casi tres décadas son sinónimo de competitividad, prosperidad y generación de riqueza.

Lamentablemente, como se encargó de subrayar Su Majestad el Rey en su discurso, la inversión en España sigue por debajo de la media de los países de su entorno. La tarea de los premiados este año (Francisco Martínez Mojica, Albert Marcet, Elías Campo , Miguel Bastos , Hermenegildo García Gómez y Alberto Gutiérrez Garrido) revelan que en nuestro país hay capital humano de sobra y todavía poco dinero para la investigación.

Un error que abre la brecha respecto a las economías más competitivas y que dificulta el necesario cambio del actual modelo productivo -excesivamente expuesto a las coyunturas-.

A la misma hora que tenía lugar la ceremonia de entrega de los Jaime I se celebraba en Torrent la segunda edición del congreso OKKO sobre Responsabilidad Social Corporativa, que reunió a responsables de grandes firmas como Coca-Cola, Ikea, Iberdrola o Jhonson&Jhonson.

La cita organizada por Hidraqua sirvió para poner en valor los paradigmas de la nueva economía. El uso de las energías limpias, la generación de un empleo de calidad, la integración plena de los discapacitados en el mercado laboral o la incorporación de las mujeres a los puestos directivos de las grandes compañías constituyen premisas básicas que se abordaron en el congreso que, junto a la apuesta por la investigación, deberían marcar la hoja de ruta de una sociedad que aspira a ser más próspera y, con ello, más justa.