Caras de ayer

Dije hace unos días en las redes sociales, a cuenta de las elecciones catalanas, que al Partido Popular se le estaba poniendo cara de Alianza Popular de los años 70 y 80 , y a Ciudadanos cara de la flamante Unión del Centro Democrático. ¿Por qué? Porque cargados de una base fiel y con principios, el estado mayor de los populares no llega a conectar con el tiempo actual, con las nuevas exigencias, y en muchos lugares de España se paga lo que se decide en Moncloa. Ciudadanos por el contrario, sin proyecto claro, pero con un mensaje fuerte y joven, capta al españolito que está harto del abandono de Madrid. Castiga al PSOE y al PP, partidos que han consentido perseguir a los que querían estudiar en español y rotular sus comercios en nuestra lengua común. Ahora en Valencia vamos a tener un comité para que nos denunciemos los vecinos, como en el nazismo, alegando que se discrimina el valenciano. A Puig también le llegará su día electoral, paciencia.

Yo les confieso que jamás hubiera votado a UCD en las primeras elecciones generales, ni en las segundas, ni en las terceras... ni lo haría si pudiera viajar a través del tiempo. Sé que no soy justo porque hoy tengo la información de lo que supuso la UCD para los males de España , pero estábamos imaginando ¿no? Tampoco he votado nunca a C’s, pero en este caso, de haber sido catalán, hubiera apostado por Inés Arrimadas y me hubiera dejado arrastrar por la ilusión, por el buen marketing político y por la esperanza. La candidata a la presidencia de la Generalidad de Cataluña, contagia con su juventud, entusiasmo y contundencia. El Partido Popular allí en Barcelona y en Madrid, ya no.

Por todo ello pronostico una nueva era dentro del centro-derecha español, con alguna refundación o disolución de partidos, fusión de siglas y jubilación de muchos. Si hubiera sido yo el candidato del Partido Popular en Cataluña, hubiera pedido el voto para Ciudadanos. Lo hubiera hecho por España. Porque la nación está por delante del partidismo, pero sueño demasiado.