Colau, el 13 de junio de 2015 después de ser investida
Colau, el 13 de junio de 2015 después de ser investida - INÉS BAUCELLS

Colau, un año intentando acomodarse en el poder

La alcaldesa fue investida justo hoy hace un año prometiendo un cambio en el Ayuntamiento de Barcelona

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Hoy justo hace un año, pasadas las 16 horas, la vida de Ada Colau cambió radicalmente. Ese mismo día la activista y fundadora de la PAH tomó posesión como alcaldesa de Barcelona, un cargo que seguramente años antes habría imaginado que ostentaría. Con 365 días de bagaje, la alcaldesa todavía busca encajar en su nuevo mundo y conseguir cumplir con todas sus promesas de mandato.

Ese mismo día, tras recibir la vara de mando de la ciudad del exalcalde Xavier Trias la ya alcaldesa aseguró en sus primeras palabras que “Barcelona será lo que se proponga ser y está en nuestras manos”. A la práctica, sin embargo, ha quedado claro que la minoría con la que gobierna (15 ediles después de que hace un mes fraguara un acuerdo de gobierno con el grupo municipal del PSC) está haciendo difícil que lleve a la práctica su programa de mandato tal y como lo había imaginado.

Prueba de esto han sido las dificultades para tirar adelante el plan presupuesto actual (cabe recordar que el gobierno Colau no ha conseguido tener un presupuesto nuevo, sino una modificación de las cuentas actuales), así como los planes para reducir los alojamientos hoteleros o por poner orden a las terrazas de la ciudad. Además, los planes sociales que ha llevado a cabo desde su llegada al consistorio siguen siendo insuficientes para notar la mejora sustancial que ella prometió con su “gobierno de cambio”.

También llamó la atención su claridad cuando entonces pidió a la ciudadanía que fuera “consciente de que no todo lo podremos hacer el primer día Un año después muchos de los grandes problemas y proyectos de ciudad siguen sin resolverse. Es el caso de la conexión del tranvía por la Diagonal, los problemas con la venta ambulante y la tolerancia policial o la reciente polémica y gestión del conflicto con los okupas del banco expropiado.

La investidura de las pantallas

Durante la investidura de hace un año, la alcaldesa quiso hacer un acto popular y abierto a la ciudadanía, motivo por el que instaló una pantalla gigante en la plaza Sant Jaume para que el acto institucional se pudiera vivir y ver también desde la calle. Estas instalaciones precisamente se han “colado” en la política municipal, después de que el Ayuntamiento de Colau no haya facilitado del todo la instalación de pantallas para visualizar los partidos de la selección española.

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