Un grupo de turistas junto a unos policías en la Rambla de Barcelona
Un grupo de turistas junto a unos policías en la Rambla de Barcelona - Inés Baucells

Los barceloneses, los que sufren más robos con violencia e intimidación de España

La capital catalana ostenta el malogrado honor de ser la ciudad de España con más delitos de este tipo por habitante

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Capital de los móviles, de los videojuegos y las nuevas tecnologías, .... y, por desgracia, del robo con violencia e intimidación. Aunque Madrid es la ciudad española con más delitos de este tipo, Barcelona ostenta el malogrado honor de ser el municipio con un mayor índice de estos robos de este estilo por habitante.

Así lo confirman los datos del Sistema Estadístico de Criminalidad de 2015, publicado por el Ministerio del Interior a partir de cifras de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, comunidades autónomas y municipios, en cuyo «top 10» también aparecen otras cuatro localidades de la provincia de Barcelona. Además de la capital, Badalona (en segundo lugar), Mataró (sexta), L’Hospitalet de Llobregat (séptima) y Cornellà de Llobregat (octava) también se encuentran entre las ciudades con más frecuencia de estos delitos por ciudadano. 

En el siguiente mapa se muestran en tonalidad más intensa aquellos municipios que sufren mayor número de robos con violencia e intimidación por cada mil habitantes. Haz clic sobre cada uno de ellos para obtener más información:

De hecho, la media estatal es de 1,79 robos con violencia e intimidación por cada 1.000 habitantes. En Barcelona, sin embargo, se registraron en 2015 un total de 6,96 casos por cada 1.000 vecinos y, a pesar de que la cifra mejoró respecto a 2014 –cuando el ratio se situó en 8,1–, lo cierto es que las fuerzas de seguridad tienen sobre la mesa el reto de rebajar este tipo de problemas, y más en una ciudad como Barcelona, que recibe muchos visitantes y cuyos robos pueden perjudicar tanto su imagen. 

Turistas, víctimas buscadas

Por desgracia, la fama está más que extendida. No es extraño que foráneos cuenten al hablar de Barcelona que a un amigo lo atracaron o que le intentaron robar el móvil en el Metro. Los visitantes, ya sean por cuestiones de ocio o por motivos laborales, son una de las víctimas predilectas por los cacos y su despiste o embobamiento mientras disfrutan de la ciudad les convierten en el perfecto objetivo. 

Los datos ratifican esta tendencia. Según datos del Ayuntamiento de Barcelona a partir del último informe anual de hechos delictivos en la ciudad (publicado en 2015 y elaborado a partir de datos de los Mossos y de la Guàrdia Urbana del año anterior), el 19% de las 21.282 denuncias registradas en 2014 las pusieron turistas, en la gran mayoría de casos por hurtos –que son aquellos robos que se producen sin el uso de la fuerza o intimidación–. 

Un grupo de turistas pasea por la Rambla de Barcelona
Un grupo de turistas pasea por la Rambla de Barcelona - Inés Baucells

Menos casos en la calle

El mismo informe explica que los hechos contra el patrimonio registrados en Barcelona representaron en 2015 el 91% de todos los delitos acometidos en la ciudad y crecieron un ligero 1,29% respecto al año anterior. Seis de cada diez, cabe decirlo, son hurtos, en los que el robo se produce por un despiste de las víctimas. Por suerte, si es que se puede decir así, la violencia y la intimidación no son el “modus operandi” más habitual para el ladrón.

Así, según los datos municipales Barcelona vivió el año pasado 10.732 robos con violencia o intimidación a las víctimas, ya sea con golpes y gritos o incluso el uso de pistolas o armas. 6.067 de ellos se dieron en la calle, lo que supone una media de 16 al día y un 21% menos que el año anterior, algo que se debe en parte por la presión policial que se ha incrementado en la calle. Además, se registraron 2.652 tirones de bolsos y otras pertenencias, un delito que ha ido al alza en los últimos años por ser una alternativa para los cacos que buscan un golpe rápido y eficaz. Por otro lado, los comercios sufrieron 900 robos con violencia, también con una clara tendencia a la baja gracias a la persecución policial a los asaltantes de establecimientos. Mossos y urbanos coinciden en apuntar que el aumento del patrullaje de calle ha fomentado que se reduzcan este tipo de delitos.

Policía urbana en la Rambla de Barcelona
Policía urbana en la Rambla de Barcelona - Inés Baucells

Robos en domicilios

Los robos con violencia e intimidación en los domicilios, por otro lado, son minoritarios: el año pasado se dieron 115. Por el contrario, en la mayoría de los casos en los que se efectúa una sustracción en un inmueble de la ciudad catalana el ladrón utiliza la fuerza para poder acceder por la puerta o ventanas al interior del domicilio, aprovechando que sus inquilinos no están.

De hecho, los delitos de este tipo crecieron durante el año pasado un 27,38%. El modus operandi en estos casos suele ser el forzar la puerta, ya sea a través del «bumping», una llave falsa, una radiografía, el «pico de oro» o una simple palanca. También se accede a casas de particulares escalando y colándose por las ventanas o con la rudimentaria patada a la puerta y, se use el método que se use, la prioridad es sustraer joyas, dinero y artículos de tecnología, como móviles o ordenadores.

¿Qué es un robo con violencia o intimidación?

El delito de robo con violencia o intimidación se recoge en el artículo 237 del Código Penal y se caracteriza, como su nombre indica, por robos en los que se emplea «fuerza en las cosas para acceder o abandonar el lugar donde éstas se encuentran o violencia o intimidación en las personas, sea al cometer el delito, para proteger la huida, o sobre los que acudiesen en auxilio de la víctima o que le persiguieren».

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