Joan Carles Valero - Letras expectativas

El sueño andorrano

Los empresarios andorranos ponen dos líneas rojas: mantener la soberanía fiscal y la libertad de cerrar acuerdos con cualquier estado del mundo al margen de la política exterior

Joan Carles Valero
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Séneca advirtió que no hay lugar tan estrecho donde no se pueda elevar el pensamiento al cielo. Aunque seamos conscientes de las estrecheces del entorno, podemos ser ambiciosos. Eso piensa Xavier Altimir, presidente de la Confederación Empresarial Andorrana (CEA), patronal del encorsetado estado pirenaico que ahora negocia un acuerdo de asociación con la Unión Europea. Los empresarios andorranos ponen dos líneas rojas: mantener la soberanía fiscal y la libertad de cerrar acuerdos con cualquier estado del mundo al margen de la política exterior europea.

En declaraciones al programa «Converses» de Cope, Altimir reclama a la UE que reconozca el «esfuerzo» que ha hecho su país en materia de transparencia bancaria, hasta el punto de que su sistema financiero atraviesa una crisis de identidad al entrar en vigor este año el intercambio de información, lo que a la práctica ha supuesto la pérdida de muchas cuentas porque ha llegado el fin de los capitales no declarados en los países de origen de sus titulares.

El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, resumió las ideas liberales de Josep Pla en un ensayo publicado en 2003 en Revista de Occidente con el título «Mercados libres y buena moneda». En opinión del regulador financiero, en los mercados y en la estabilidad monetaria se resumía la esencia misma de la vida para Pla, porque «no hay nada más bello que un pueblo con mercado», decía el «homenot» ampurdanés que experimentó personalmente la hiperinflación alemana cuando era corresponsal en Berlín.

Sin duda, Pla defendería hoy la unión monetaria y europea en su conjunto, porque, aunque no siempre lo consigue, el proyecto europeo ha logrado consolidar una buena moneda y garantizar la libertad de mercado continental. Unos extremos que Andorra y sus empresarios también anhelan. Para Pla, el capitalismo es irracional, caótico, incomprensible, desordenado, caprichoso, injusto, doloroso, triste, absurdo… pero todo ello demuestra la necesidad de mantenerlo, porque es exactamente como la naturaleza y la vida misma. Hasta el punto de que «vida y capitalismo es todo un mismo vino».

Pla también defendía el libre mercado como un sistema más humano que el igualitarismo planificador de los comunismos. Linde abunda en la inteligencia práctica e intuición de Pla cuando desarrolló en los años 40 una teoría general de las propinas como una manifestación de civilización que consiste en la generosidad que irradiamos y al tiempo nos concede el sistema. El escritor irlandés George Bernard Shaw decía que algunos hombres ven las cosas como son y se preguntan por qué. Otros sueñan cosas que nunca fueron y se preguntan por qué no. Como los empresarios andorranos.

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