Los cuatro acusados, en un momento del juicio
Los cuatro acusados, en un momento del juicio - ICAL
TRIBUNALES

Piden la absolución para la pareja acusada del doble crimen del burdel «Las Vegas» de Medina

El fiscal y la acusación particular mantienen la pena de 42 años para cada uno

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Los abogados defensores de la pareja acusada del doble crimen del burdel «Las Vegas» de Medina del Campo reclamaron este lunes, en el inicio del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Valladolid, una sentencia absolutoria para sus clientes. En su alegato inicial argumentaron que no hay pruebas claras que sitúen a ambos en la escena del crimen, a la vez que pusieron en entredicho las declaraciones del Antonio Adrián Blanco, el tercer acusado por asesinato, pero quien seis días después del crimen se entregó a la Policía y confesó lo hechos, informa Ical.

En el juicio, que arrancó con la formación del jurado tanto el fiscal como los dos abogados de la acusación particular que representan a la viuda y las hijas de Mariano Esteban, responsable del club de alterne, como a la madre y las hijas de la camarera rumana Laura Mihahela, ambos asesinados el 5 de octubre de 2015, mantuvieron su pena de 42 años para Manuel Martínez Molina, para su pareja, Vicenta Panduro, y para Antonio Adrián Blanco por dos delitos de asesinato y uno de tenencia ilícita de armas.

El fiscal y los dos abogados considearon que se trata de un crimen en el que las víctimas no tuvieron ninguna posibilidad de defenderse. Así, defienden que 5 de octubre la pareja se trasladó hasta Fuenlabrada (Madrid), donde gracias a la mediación de Antonio Adrián Blanco, compró a un individuo una pistola por 1.300 euros. Desde allí, los tres acusados se trasladaron hasta el domicilio de una hermana de Manuel Martínez en Medina del Campo, antes de dirigirse al club.

Una vez en el burdel, aparcaron el turismo a la puerta sobre las 20.30 horas y en su interior se quedó Vicenta Panduro. Minutos después, y tras una breve conversación la víctima, Manuel Martínez sacó el arma -una pistola del calibre 9 milímetros parabellum- y disparó al dueño del local, quien fue alcanzado en la espalda al darse la vuelta en su intento de huir. En ese momento, tres de las cuatro camareras que en ese momento se encontraban en el local salieron huyeron hacia un descampado próximo, pero Laura Mihahela no tuvo tanta suerte y fue alcanzada también con un disparo en el hombro izquierdo.

Después, trató de protegerse en una esquina del local y se tapó la cara con las manos. Su intento fue inútil, ya que el acusado realizó otro disparo que atravesó sus dedos y le dio de lleno en plena frente, quedando la bala alojada en el hueso esfenoides del cráneo. Después, se acercó al lugar donde permanecía bocabajo y herido el dueño del local y le pegó otro tiro que le atravesó la cabeza. En su alegato, el abogado de Manuel Martínez Molina aseguró que no hay pruebas materiales que inculpen a su cliente y aseguró que el testimonio de las tres camareras que se encontraban en el local en el momento de los hechos también lo confirma.

Además, descartó que el móvil fuera el impago de una deuda de 2.000 euros, cuando sólo la pistola, según sostiene el fiscal, le costó 1.300 euros. Por su parte, el abogado de Vicenta Pandura sostuvo que tanto testigos como la localización del teléfono móvil de su cliente demuestran que ella no viajó a Madrid a comprar el arma con la que presuntamente se cometió el crimen, a la vez que puso en entredicho las declaraciones de Antonio Adrián Blanco.

Mientras tanto, la abogada de Antonio Adrián Blanco, sostuvo que cuando Manuel Martínez cometió el doble crimen su representado abandonó el local paralizado por el miedo, para después, durante todo el viaje a Madrid, recibir reiteradas amenazas de Manuel Martínez de que no comentara nada de lo sucedido ya que era el único testigo. Además, adelantó que durante el juicio se presentarán pruebas para demostrar que estas amenazas continuaron vía teléfono días después.

A su vez, también recalcó que el testimonio de su cliente fue clave para la Policía, ya que en un primer momento estaba dirigiendo la investigación hacia otros sospechosos entre los que no se encontraba Manuel Martínez.

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