Exposiciones

El Patio Herreriano se sumerge en el onírico universo de la fotógrafa Sarah Moon

El museo de arte contemporáneo de Valladolid acoge hasta el 5 de noviembre la primera retrospectiva en España de la mítica fotógrafa francesa

La artista Sarah Moon, junto a tres obras suyas, en el Patio Herreriano de Valladolid FOTOS: F. HERAS

H. DÍAZ

En 1968 y tras varios años trabajando como modelo para grandes firmas como Cacharel, Chanel o Dior , Sarah Moon decidió ponerse al otro lado de la cámara. Fue entonces cuando se dio cuenta que éste era el lugar que quería ocupar. Allí podía plasmar su «onírico» universo cargado de emociones y pasado por el tamiz impresionista, heredado de su época de estudiante de dibujo en Inglaterra, a donde su familia, de origen judío, se desplazó nada más nacer huyendo de aquel París sumergido en plena segunda Guerra Mundial.

Ese mundo infantil. pero también rostros que son difíciles de reconocer, elementos de la naturaleza y, por supuesto, el mundo de la moda -ejerció durante un tiempo de fotógrafa para publicaciones internacionales del sector de gran prestigio como Vogue, Harper’s Bazzar o Elle, entre otras-, están presentes en la completa retrospectiva de la artista que alberga el Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano de Valladolid , la primera que se hace en España de esta mítica fotógrafa francesa, que ha exhibido en los más prestigiosos museos de Nueva York, San Francisco, Londres o Tokio.

Un mundo de silencio

En total, las salas 1 y 2 del espacio museístico albergan más de 160 instantáneas, la mayoría en blanco y negro -dice de él Sarah que es «el color de la memoria»- y realizadas entre la década de los 80 y la actualidad. Desde que comenzara a trabajar como fotógrafa de moda, Sarah Moon marcó un estilo propio muy alejado entonces de las perfectas instantáneas «mandaban» en ese mundo de los maniquíes. El de Sarah es un «mundo de silencio, templado, de sugestión, donde no hay nada explícito. Es como los cuentos, abiertos a muchas lecturas», destacó ayer la comisaria de la muestra, Anne Morin.

Ese universo se ve especialmente reflejado en dos series expuestas inspiradas en sendos cuentos de Hans Christian Andersen y Charles Perrault , «la Lechuza» y «Caperucita roja» -que la fotógrafa reinterpreta como «Caperucita negra»-. Son ejemplos también del tratamiento especial de las instantáneas que hace esta fotógrafa a punto de cumplir medio siglo en el mundo profesional, y que se caracteriza por el uso continuo de películas Polaroid trabajando con los positivos de manera que la fotografía parece que se distancia de la realidad. Y es que ésta es otra de sus característica, añadió la comisaria, apuntando que es difícil situar los trabajos de Moon en un espacio temporal concreto.

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