Darío Villanueva recoge la Medalla de Oro de las Cortes a la RAE
Darío Villanueva recoge la Medalla de Oro de las Cortes a la RAE - F. HERAS / F. BLANCO
33 ANIVERSARIO DEL ESTATUTO DE AUTONOMÍA

El director de la RAE apela al español como un «instrumento de entendimiento»

Darío Villanueva ve en la Medalla de Oro de las Cortes «el homenaje de todo un pueblo a la institución académica»

Valladolid Actualizado: Guardar
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La celebración del 33 Aniversario del Estatuto de Autonomía se convirtió ayer en un homenaje al español o castellano, dos sinónimos que, indistintamente, sirven para definir una lengua que utilizan más de 500 millones de personas como «instrumento de convivencia, entendimiento y recreo». Así se expresó el director de la Real Academia de la Lengua, Darío Villanueva, después de recoger de manos de la presidenta del Parlamento autonómico, Silvia Clemente, la Medalla de Oro de las Cortes por la «constante dedicación» y «valiosa aportación» de la institución académica «a la defensa de la unidad de la lengua española y a la contribución a su esplendor».

Villanueva comenzó su discurso, que no llevaba escrito, como corresponde a quien domina la oratoria y el verbo, con la palabra «gracias» que «si se dice desde el corazón, nunca se gastará», con la que quiso agradecer el galardón de una comunidad, Castilla y León, de la que destacó su colaboración con la institución a través del Instituto Castellanoleonés de la Lengua.

En una intervención cargada de citas históricas, el presidente de la RAE, que estuvo acompañado por los académicos salmantinos José Antonio Pascual y Francisco Rodríguez Adrados, destacó el homenaje de la Comunidad a una institución de más de 300 años y recordó los hitos históricos que marcaron el nacimiento del español. El primero, en palabras de Darío Villanueva, fue el propio nacimiento de la lengua «que creció y creció hasta convertirse en este idioma ecuménico». El segundo, señaló, no fue 1492, como cabría pensarse, con la primera Gramática de Antonio de Nebrija o el descubrimiento de América, sino que hay que avanzar hasta el siglo XIX cuando, gracias a la independencia de las colonias americanas, donde hasta entonces el español sólo era usado por el 20 por ciento de la población, el castellano se convierte en una lengua universal.

«Con la independencia, las nuevas repúblicas consideran que deben configurar su estado y piensan que el vehículo de cohesión será el castellano», enfatizó el académico, que incidió en que «fue el momento decisivo para que la lengua nacida en Castilla se convierta en la segunda lengua del mundo». Villanueva recordó, además, los reglamentos de constitución de las academias de la RAE en América, la primera de ellas en Colombia en el siglo XVIII, instrumentos que han servido para configurar un clima de comprensión entre personas de distinta raza y pensamiento en un territorio especialmente extenso.

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