Temporal - Castilla y LeónEn los diez primeros días de enero ya ha llovido una sexta parte de todo el año

Castilla y León aún sufre la resaca de un fin de semana pasado por agua. No es para menos. En lo que va de 2016 ya ha llovido una sexta parte de la media de todo un año. De esta forma, los desbordamientos y las inundaciones se sucedieron este lunes en toda la Comunidad, en la que el fin de las precipitaciones de los últimos días dejó ayer paso a fuertes rachas de viento e intensas nevadas. Hasta a ochenta kilómetros por hora soplaba en Burgos, Palencia y Soria, mientras que en León, los copos cubrían de blanco la cordillera cantábrica. Las nuevas condiciones adversas mantuvieron, así, la alerta sobre la región.

Aunque la semana arrancó ya sin paraguas, los miles de litros que han empapado a Castilla y León en los últimos once días siguieron ayer causando estragos, sobre todo por un caudal bastante elevado en los ríos.

En concreto, 16 estaciones de medición de 11 ríos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) superaban por la mañana los niveles de alarma. Después de varios días de temporal, las crecidas llegaban a los tramos medios del curso fluvial y continuarán a lo largo de la semana aguas abajo, donde se prevé que serán «moderadas».

Así, los ríos arrastrarán durante días los 79 litros por metro cuadrado que de media han caído en lo que va de año en Castilla y León, casi el doble de lo que habitualmente llueve en enero, que son unos 40,6 litros, cifra que ya se había superado el día 4 de este mes. De las estaciones de medición de la Agencia Estatal de Meteorología, ha sido la de Ponferrada la que más agua ha registrado. Hasta 151 litros, una cuarta parte de los que se contabilizan en todo un año en este punto. Por el contrario, Ávila, ha sido la menos lluviosa. Junto a la muralla cayeron sólo un 19 por ciento de las gotas que bañaron la capital berciana, explicaron desde la Aemet.

Con estos precedentes, las provincias de Orense, Zamora, León, Burgos, Palencia, Soria y Valladolid fueron ayer las que concentraban los principales casos de crecidas en la Cuenca del Duero. Unos episodios que obligaron a cortar ocho carreteras por el desbordamiento de ríos o arroyos que se salieron de su cauce campando a su anchas por la red viaria. Así ocurrió en la conexión entre Benegiles y Gallegos del Pan (Zamora), donde el agua llegaba a la altura de las señales de tráfico a las puertas de algunas casas. Además, otras tantas quedaron bloqueadas por los efectos de las lluvias o del viento, como desprendimientos y obstáculos.

Zamora fue la que amaneció con mayores daños. Y es que a las carreteras cortadas por crecidas y daños, se sumaban fincas agroganaderas y paseos ribereños anegados por el agua y hasta una casa derruida por efecto del viento. Los problemas se extendieron por toda la geografía provincial, y aunque la situación mejoró en el río Aliste, en la comarca del mismo nombre, se agudizó en otras zonas como en los ríos Tera y Almucera.

Pedirán ayudas por los daños

La presidenta de la Diputación de Zamora, Mayte Martín Pozo, ya ha pedido una reunión con responsables del Gobierno para solicitar ayudas por los daños que las lluvias y las inundaciones han provocado en la red provincial de carreteras. En Moreruela de los Infanzones, el temporal hizo que se derrumbara una vivienda deshabitada del pueblo y los cascotes cayeron sobre la acera y la carretera que comunica esta localidad con Piedrahita de Castro, aunque todo quedó en un susto y no hubo que lamentar daños personales.

Para los próximos días, la CHD estima crecidas moderadas en la cuenca del Esla, especialmente en los ríos Órbigo y Tera, además del propio Esla; en el Pisuerga (cuya punta por Valladolid se espera para el miércoles con 700 m3 por segundo), así como en el Arlanza y Carrión; y en el Duero, que si bien las crecidas en su cabecera han sido absorbidas en el embalse de la Cuerda del Pozo, tras la afluencia del Pisuerga se espera que suban sus niveles.