Julio López (centro), junto a sus alumnos en una de sus clases de la Universidad de Valladolid
Julio López (centro), junto a sus alumnos en una de sus clases de la Universidad de Valladolid - F. HERAS
Educación

Clase invertida: el móvil llega al aula

El profesor de Macroeconomía de la Universidad de Valladolid Julio López aprovecha el potencial de los teléfonos inteligentes para transmitir conocimiento

Valladolid Actualizado: Guardar
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Vídeos en los que visualizar las clases de un profesor desde casa, teléfonos móviles con los que responder a ese profesor y poder resolver dudas. Es la metodología que ha introducido el profesor de Macroeconomía de la Universidad de Valladolid Julio López en sus clases y que sorprende por lo novedoso y por la atracción que ha generado en los alumnos. Se aleja de las clases magistrales -en que el profesor llega al aula y los alumnos toman apuntes-, y adentra a estos últimos en todo el buen provecho que se puede sacar a la tecnología actual para recibir y comprender conocimientos.

Este método se llama «clase invertida» (del término internacional «Flipped Classroom»), que viene a significar dar un mayor protagonismo al alumno, una mayor interacción en clase y todo ello gracias a las posibilidades que ofrecen plataformas online o los propios smartphone que todos los estudiantes llevan hoy en sus bolsillos.

«Este método hace que el aprendizaje sea más interesante, dinámico»

Se trata de Economedia, un Proyecto de Innovación Docente aprobado por la Universidad de Valladolid, que tiene como finalidad mejorar la docencia de diferentes asignaturas relacionadas con la economía en distintos grados universitarios y su impulsor, Julio López, explica que lleva tres años creando vídeos -ya lleva 68 realizados a través del servicio de Audiovisuales de la Universidad de Valladolid- con el contenido que quiere transmitir a sus alumnos en clase, en los tres niveles de la asignatura de Macroeconomía que imparte, desde el nivel básico al avanzado que se explica en el máster. Esos vídeos los ven los alumnos previamente a la clase y una vez en esta, pueden preguntar sus dudas, pedir aclaraciones y López comenta que, de este modo, no hacen de «fotocopiadoras humanas» como en las clases tradicionales, en que el grueso del tiempo se dedicaba a tomar apuntes de las explicaciones del profesor.

«Me libera de tiempo para poder resolver esas dudas, plantear ejercicios»

«Eso me libera de tiempo para poder resolver esas dudas, plantear ejercicios» y otras actividades para los alumnos, pone de manifiesto López, que añade que, por este motivo, es un método «muy fructífero» que ha logrado atraer a los alumnos hacia una materia ardua. Anteriormente, no llegaba al 60% la cifra de estudiantes que se presentaban a los exámenes de la asignatura y hoy es un 90%, con sólo un 17% de suspensos.

Ese sistema de vídeos «lo hago compatible con el móvil», señala este docente de la UVA, de modo que una vez vistas las grabaciones y los conocimientos que deben aprender, los estudiantes, ya en clase y teléfono en mano, responden a cuestionarios a través de la plataforma «Kahoot». En esos test obtienen una puntuación por aciertos y rapidez de respuesta que estimula su aprendizaje y les motiva aún más. Así, el profesor también sabe si la materia impartida ha quedado clara y afianzada. «Este método hace que el aprendizaje sea más interesante, dinámico» y conectado con la modernidad del siglo XXI que conlleva la tecnología de la comunicación, según López, que afirma que «es una cuestión de transmisión más eficaz» del conocimiento.

Los estudiantes pueden ver los vídeos de clase donde quieran y las veces que quieran y eso permite que cada uno siga su ritmo de aprendizaje fuera del tiempo encorsetado de la hora en que hay clase presencial en la Universidad, así como una enseñanza mucho más personalizada.

Una tercera opción introducida por López en su docencia son los debates que plantea en redes sociales como Twitter: los alumnos, a golpe de clic, pueden aprender de fiscalidad en la Unión Europea a la vez que aprenden más sobre otras materias.

En el siglo XXI

Para Julio López, se trata de dar clase «en el siglo XXI y no como hace 20 años», en que un docente iba clase con disquetes y hoy los alumnos, con una sola memoria USB, pueden tener en ella la información contenida en 90.000 de esos antiguos disquetes.

Además, para este docente, esta metodología no sustituye la lectura de manuales o publicaciones que deben leer los alumnos, que tienen que hacer tres prácticas durante el curso, buscar información y documentarse en Internet, etc., pero que cuentan con las clases y las tutorías para ayudar en su carrera universitaria.

Para este docente de la Universidad de Valladolid, este método «es costoso», según López, porque supone un esfuerzo añadido de preparación y elaboración de vídeos, de debates para las redes, los cuestionarios que responderán los alumnos…, pero merece la pena.

«Hay compañeros profesores que se han interesado por ello», según este docente, pero no hay más profesores que, por el momento se hayan sumado a esta idea en la UVA. «Quizá si se conoce este método, la Universidad pueda dedicar más recursos para incentivar su aplicación», apunta López, que está convencido de que «el cambio social empieza por alguien que dé un primer paso».

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